¿lo merezco?

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Alyz odiaba rechazar a Alekxander, pero también odiaba sentir que traicionaba a Mirna y odiaba encontrarse en esa situación. Aunque por alguna razón no podía negarle a Alekxander nada. Por eso mismo después de haber desayunado se había vestido y habían salido a recorrer el palacio.

Alekxander la llevaba del brazo y le explicaba que era cada salón y a donde llevaba cada pasillo, repitiéndole que podía ir a cualquier lado siempre que quisiera. Todas las personas que se encontraban por su camino los saludaban con una reverencia y seguían alegremente. Por lo que Alyz pudo notar que aquel era un lugar muy animado y donde la gente vivía feliz.

Después de un rato de pasearse de arriba a abajo Alekxander la condujo hasta una estancia que estaba un poco alejada de sus habitaciones ya que se encontraba muy cerca de la entrada principal del palacio, pero que era de fácil acceso. En cuanto cruzaron las puertas dobles Alyz se encontró con una enorme biblioteca, contaba con tres pisos en los cuales se apilaban montones y montones de libros.

-estoy seguro de que el segundo piso será tu favorito, ahí se ubican las novelas, en el tercero hay libros científicos y el primero contiene toda la historia de la ciudad y de... algunas otras cuestiones- le informo el Zar.

La verdad es que toda la primera planta tenía toda la información sobre la historia de los lobos y todo lo que había que saber de ellos.

-¡es maravillosa!- exclamo Alyz emocionada -¿de aquí han sacado todos los libros que me han prestado?-

-La mayoría, algunos otros los he comprado en la ciudad, puedes venir siempre que quieras y tomar lo que quieras-

-¡Muchas gracias Alekxander!- respondió Alyz contenta.

En la parte más alejada de la biblioteca se encontraban gran cantidad de mesas de madera donde había varias personas leyendo, detrás de ellos se encontraba otra entrada que daba hacia afuera del palacio. Alyz notaba que la gente entraba y salía sin ningún problema.

-Aunque está dentro del palacio, es una biblioteca pública y todo aquel que desee información viene aquí- explico Alekxander al ver el interés de Alyz

-eso es fantástico, me alegra que estos libros puedan ser leídos y compartidos por muchas personas- contesto ella.

Alekxander y Alyz subieron hasta la segunda planta donde se pusieron a hojear varios libros. No llevaban mucho tiempo ahí cuando un grupo de varios chicos y chicas se acercaron. Aunque fingían estar ahí por casualidad era más que obvio que no le quitaban la vista de encima a Alyz. Ella un poco incomoda se alejó unos pasillos seguida del Zar. Pero la gente parecía aumentar.

-¿siempre es así de concurrida la biblioteca?- pregunto Alyz algo nerviosa

-en realidad no- respondió el Zar notando la atención que estaban atrayendo -ven conmigo te llevare a otro lugar que te gustara- dijo tomando a Alyz de la mano y saliendo de la biblioteca seguidos por varios ojos curiosos.

Alekxander sabía que el pueblo y en especial el personal del palacio eran muy curiosos con respecto a Alyz. Él no había revelado nada, pero muchos se preguntaban si la extraña chica que había llegado al palacio y que el Zar se dedicaba a cuidar era por fin su tan esperada Luna. Era por eso que a la menor señal de que Alyz saliera a lugares públicos atraía la atención de muchos.

Alekxander llevo a Alyz por varios pasillos hasta la parte trasera del palacio y de ahí cruzaron un enorme jardín que tenía paredes de arbusto muy altas simulando un laberinto.

-Este es mi lugar favorito cuando quiero perderme un poco de la gente- le explico Alekxander cruzando el último recodo.

Un hermoso lago se extendía ante sus ojos que era rodeado por un precioso bosque y en un extremo había un cenado blanco rodeado de varios sauces que resguardaba un par de barcas amarradas. Alekxander condujo a Alyz hasta el cenador.

-¿Te gustaría dar un paseo?- pregunto señalando una barquita de remos.

Alyz asintió emocionada. Nunca antes había subido a una barquita ni navegado por un lago, aunque este no fuera enorme, era muy hermoso. Alekxander la ayudo a subir y pronto se pusieron en marcha. Mientras el remaba ella veía contenta algunos patos que nadaban por el lago, los árboles que adornaban las orillas y el agua clara a su alrededor.

-Es la primera vez que alguien me da un paseo en bote- dijo Alyz animada

-¿en verdad? pues me alegro que la primera vez haya sido conmigo- contesto Alekxander provocando que Alyz se pusiera totalmente roja.

Lo único que pudo hacer estando en un espacio tan pequeño fue voltearse para que no la viera, aunque era demasiado tarde. Alekxander sonreía complacido con la reacción de Alyz.

-No digas esas cosas- pidió ella

-¿te molesta?-

-no, bueno... algo así... en realidad no me molesta, es solo que, no sé por qué eres así conmigo-

-¿Así como?- pregunto sorprendido por el comentario

-pues así... tan bueno... siempre me la paso muy bien contigo, siempre me haces sentir bien y contenta y a salvo y no sé por qué- contesto Alyz mirando sus manos en su regazo nerviosa.

-por qué lo mereces- contesto Alekxander provocando que Alyz lo mirara directo a los ojos.

-eso no es verdad, yo no merezco algo tan bueno- contesto desviando la mirada.

Alekxander se acercó a ella lo más que pudo y la tomo de las manos. Alyz intento apartarse pero él no se lo permitió.

-no pretendo saber bien por todo lo que has pasado, pero eso quedo atrás y justo ahora estas aquí conmigo, no quiero que dudes ni por un segundo que no mereces algo de lo que tienes ahora, has sufrido tanto que esto es poco para compensarte, eres hermosa y noble, las personas así siempre merecen lo mejor-

Alekxander la miraba intensamente y Alyz sentía ahogarse en esos hermosos ojos color verde, estaba tan absorta que no se había dado cuenta lo cerca que estaba de él, tan solo unos escasos centímetros los dividían. Alekxander entonces desvió por un momento la mirada hacia sus labios y se acercó un poco más. Alyz cerró los ojos. Entonces... un trueno se escuchó a lo lejos

Alyz abrió sus ojos de golpe y se alejó. ¿Que estuvo a punto de hacer? Una gota de lluvia cayó en su rostro y después otra y otra. Sin decir nada Alekxander regreso a su lugar y remo de regreso al senado, ahí ayudo a Alyz a bajar. La lluvia comenzó a caer sin tregua mojándolos. Ambos corrieron tomados de la mano para resguardarse aun que cuando llegaron al interior de los pasillos del palacio. Ya estaban bastante mojados.

-te dejare para que te cambies mientras yo voy a hacer lo mismo- dijo Alekxander en cuanto estuvieron frente a la habitación de Alyz.

-¿crees que sea una tormenta como la de ayer?- pregunto ella asustada

-espero que no, pero no tardare demasiado en cambiarme, pronto regresare contigo-

Alyz asintió aunque no muy convencida, así que el Zar agrego:

-Mi habitación es la que está junto, ves aquella puerta blanca- dijo señalando la puerta a varios metros de distancia - esa es mi habitación, si necesitas cualquier cosa ve y entra-

-¿siempre has estado tan cerca?- pregunto Alyz realmente sorprendida al saber que había estado junto.

-desde que llegaste al palacio, si, quería saber que estabas bien, pero eso ahora no importa, ve a cambiarte antes de que puedas resfriarte, yo regresare enseguida-

Antes de darle tiempo a Alyz de decir nada, Alekxander ya se alejaba del pasillo, por lo que ella también entro a su habitación y se dirigió directo al baño a cambiarse. 

Flor de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora