Capítulo 6

671 55 2
                                    

Hay heridas que en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos.


 Qué  me puede hacer ese tonto nerd.

 ¡Ja!

Con aquella frase en mente desperté y con una sonrisa estampada en el rostro salí de casa con dirección a la universidad.

El día era soleado y perfecto.

Al llegar, saqué algunos cuadernos mientras trataba de encontrar mi celular, fue justo en ese momento que me di cuenta de que me había sentado en algo pegajoso. Una trampa tan fácil de pillar...que tonta. Al parecer lo subestime  mucho. Solté una risita y con el celular en la mano decidí pararme. Me llevé una trágica sorpresa cuando escuche el sonido de mi pantalón romperse, al parecer tenía la mitad de la nalga pegada.

Uso pegamento...

¡PEGAMENTO!

Inmediatamente me volví a sentar para evitar que los demás se dieran cuenta de mi situación tan vergonzosa. Solté un pesado suspiro mientras tensaba mi mandíbula. Y como si eso fuera poco el maestro que me caía mal ingreso al aula, diciendo que remplazaría por hoy a la profesora de esas horas.

Tres horas...

¡TRES MALDITAS HORAS!

Me recosté en la carpeta decidida a dormir en todo ese tiempo, o al menos fingir hacerlo. Pero como siempre aquel profesor al darse cuenta de mi presencia comenzó a avergonzarme frente a todos. Las clases pasadas habían avanzado varios temas y yo estaba perdida, debido a la gran ventaja el profesor solo se empeñó en hacerme preguntas y a la pasada soltaba frases que a todos parecía divertir.

Ese momento del día me arranco la sonrisa que tenía.

No podía creer que una jugada tan simple podría hacerme sentir tan mal.

Fuí obligada prácticamente a quedarme en el aula hasta que finalizaran las clases y desapareciera cada alumno de la universidad, solo así es como pude salir.

Esta vez el nerd tuvo suerte...mucha suerte.

Al día siguiente

Me había puesto una chaqueta de cuero, junto a un short de tela y unas zapatillas. Un conjunto muy simple, ya que temía que ese nerd arruinara algún conjunto que me gustara. Hoy si me tome la molestia de ser precavida.

La mitad de la mañana no paso absolutamente nada, y eso me tenía muy ansiosa. Ya en la hora del descanso fui por una bebida. Justo en ese momento a mi mente llegó aquella broma que le hice al nerd en su aula así que opté por comprar jugo e hice que lo abriera un chico por mí, por si acaso.

Estaba tan tranquila bebiendo cuando siento la mirada de alguien. Al ver de quien se trataba no pude evitar sonrojarme. Deje de beber, tapé lentamente la botella y la coloqué a un lado, en todo momento le sostuve la mirada sintiendo como mi corazón se desbocaba de mi pecho. Aun lo amaba con la misma intensidad, de eso no había duda. Estaba por sonreír cuando aquella chica le toma del brazo captando su atención.

Woohyun dejo de ser mío cuando decidió terminar conmigo, y aquello me tenía en desventaja.

Las chicas tenían el camino fácil.

Enojada agarré la botella y al abrirla esta salió disparada a mi rostro. Aquel espectáculo alertó a todos y las risas no tardaron en aparecer. Cubrí mi rostro y corrí hacia el baño. Al estar ahí una pequeña lágrima resbaló por mi mejilla recordado como todos se burlaban y aprovechaban en tomarme fotos, incluso aquella chica entre risas le aviso a woohyun lo que me había pasado y aunque lucia serio, me sentí una perdedora frente a él.

Queriendo ser NERDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora