Capítulo 37

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  Me hacia sentir bien, y por el momento era todo lo que necesitaba.
Necesito que te quedes conmigo está y todas las noches.
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Marqué nerviosa aquel número y me contestó Nana.

*Conversación por teléfono*

––¿Qué paso? ¿Está bien?

–– se demoraron en atenderlo, así que todavía no sabemos de él.

––¿Por qué no me llamaste apenas paso esto?––dije molesta.

–– Sungyeol dijo que era mejor no avisarte. El insistió

– nos estuvimos mandando mensajes hace rato. Me dijo que estaba bien.––mi voz comenzó a quebrantarse.

–– Nosotras llegamos algo tarde, y cuando entramos lo encontramos en la sala retorciéndose de dolor. Nos preocupamos mucho así que lo llevamos al hospital, en todo momento el insistía en no avisarte nada, ya que tenías tu examen, y que te habías esforzado mucho.

––Ahora voy para allá , ¿en qué hospital están? ––mi corazón me latía a mil.

–– trata de tranquilizarte y ven con cuidado estamos en...––apenas me dijo el nombre del hospital salí de casa. Al llegar comencé a correr por los pasillos, hasta que encontré a Hyemin y Nana hablando con el doctor. Apenas vi cómo le daba la señal para que entraran, yo me apresuré y entre primero.

Lentamente empecé  acercarme a la camilla, Sungyeol, estaba recostado con algunos aparatos conectados a su cuerpo. No pude evitar soltar algunas lágrimas y tratando de controlarme sujete su mano

––Eres un idiota, cómo pudiste aguantarte el dolor, por un estúpido examen. Por una estúpida chica como yo, tu salud era primero idiota. Debiste hacerme caso, cuando te dije para ir al hospital. Idiota...idiota––dije mientras apoyaba mi cabeza en la camilla ocultando así mis lágrimas.

Luego de unos segundos de estar llorando, comencé a escuchar una risita.

––pensé que dirías que me querías...vaya sorpresa al escucharte insultarme. -Alce de inmediato la mirada y él tenía una amplia sonrisa. Mis ojos llorosos, lo miraron con dolor y me lancé a abrazarlo.

–Eres un idiota... ––dije chillando.

––si esa es tu manera de decirme que me quieres, está bien. Lamento mentirte, lo hice por buenos motivos y si te decía que estaba mal, serias capaz de no dar el examen o no concéntrate un 100%.

–eres un idiota, no sabes lo mal que me puse al enterarme que estabas en el hospital. Todo fue mi culpa, si hubieras estado grave, realmente nunca me lo hubiera perdonado...–dije con un hilo de voz mientras limpiaba mis lágrimas.

––no digas eso... además ya estoy bien.

–ayer también dijiste que estabas bien y mira donde estas.

––no me  perdonaras por el hecho de mentirte, ¿verdad? -dijo mientras que con sus manos limpiaba mis lágrimas.

–no hay nada que perdonar, más bien, tu perdóname a mí, porque por mi culpa acabaste muy lastimado.

––tranquila, además cada golpe valió la pena, al menos ahora estas aquí conmigo. ¿Por cierto y como te fue en el examen?

–Reprobé...-dije alejándome de él.

––creo que me dará un ataque––mencionó precio ando se el pecho ––¿acaso no fui un buen maestro? ¿Era verdad cuando me dijiste que era malo enseñando?–dijo preocupado, no pude evitar reírme y luego hable.

Queriendo ser NERDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora