Capítulo 18/parte 2

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Pasé la mayor parte de la clase leyendo y siendo obligada a participar.

Estúpido PROFESOR NUEVO .

Cuando llegó la hora del descanso salí en busca de Sungyeol. Aunque, no estaba segura si había decidido venir, debido a su resaca que seguramente debe de tener, de todos modos fui a su aula. Al asomarme no lo vi, así que con la expresión triste caminé hacia mi aula. Ojalá este bien. ¿Habrá tomado debido a la golpiza que le dieron? ¿Y si esa chica que le gusta le rompió el corazón?

Últimamente no he visto a esa chica . Estaba tan distraída en mis pensamientos que de casualidad chocó con alguien. Al darme cuenta de quien era frunci en ceño.

Hablando del rey de roma.

Me quedé observándola mientras le ayudaba a recoger lo que le hice botar. Ella lucia tan genial con el uniforme, se veía tan delicada, tan hermosa. Se veía realmente como la chica que Sungyeol quería,  o al menos como el comentó

Todo en ella me daba envidia.

Cuando ella se incorporó se me quedó mirando un momento, su mirada me recorría de pies a cabeza y junto a todo ese acto escuche a lo bajo que dijo: no entiendo, la verdad es que no entiendo. No capté a la perfección lo que trató de decir, y tampoco me sentía capacitada para analizar cada palabra, pues la sangre me hervía ya que su mirada hacia mí, era despectiva.

—Gracias.—dijo sonriente, mientras yo aún tenía la mirada en llamas y  vi como lentamente se iba.

 Como se atreve a mirarme de ese modo.

Idiota.

Me dispuse a caminar, ignorando mi obvia molestia,  cuando a unos pasos más adelante veo que la chica habia olvidado recoger un pequeño cuaderno. Por mi mente pasó devolverlo, pero antes de hacerlo me puse a husmear un poco. Lo único que encontré fueron números telefónicos... y uno de ellos me llamo la atención.

Sungyeol oppa.

¡¿OPPA?!

Mierda.

Sungyeol es mío, es mi Nerd...perra. —balbucee mientras destrozaba dicho cuadernillo y lo botaba en unos de los tachos que se encontraba cerca. Pero claro antes de botarlo grabe el número telefónico de sungyeol.

Cuando sonó el timbre de salida, vi afuera de mi aula a la chica, o como me decidí llamarla, 'La perra'. Estaba sonriente saludando a mi compañeros y aparentemente esperándome.

—¿que quieres?—dije

—disculpa que te moleste...pero no has visto un cuadernillo. Lo he buscado por todos lados pero no lo encuentro y pensé que tal vez, tú lo habrías recogido.

—pues busca bien, porque yo no tengo esa mierda de cuadernillo. --no esperé a que me contestara y solo me aleje. Por supuesto un una sonrisa divertida en la cara.

Luego de aquello fui a mi casa y por suerte woohyun no me había seguido. Ni fastidiado todo lo que resto de la mañana. Al llegar salude a las empleadas y me encerré en mi cuarto. Busque por todos lados alhuna nota de él. Al menos un gracias. Pero no encontré nada.

Suspiré triste y  resignada me comencé a sacar la ropa para así ducharme. Quería relajarme después de ver como esa estúpida perra se atrevió a mirarme.

"la chica que sungyeol quiere"


Yo estoy mucho mejor. Me mire en el espejo y guarde silencio por un momento.

No, no... He dicho que yo estoy mejor—dije mientras me sacaba el polo y hablaba como una loca. En eso que estaba por sacar por completo mi polo sentí un dolor en el hombro, de inmediato me giré y pude darme cuenta que una parte de mi hombro estaba morado y verdoso.

Debí echarme algo. Fui de inmediato a ducharme y al terminar comencé a escuchar un  ruido proviniendo de mi ventana. Parecía  que alguien estaba tirado piedritas a mi ventana-. Me asomé estando con la toalla puesta y mis ojos se abrieron en el acto al ver a sungyeol llamándome. Por un momento me oculte, creyendo que lo que veía no era cierto. Pero al salir nuevamente comprobé que no era así. –le hice señas para que me esperara y me dirigí a cambiarme.

Cuando estuve lista baje y algo tímida me acerque.

—Hola, ¿paso algo?—

— espero no interrumpir algo—esa última parte lo sentí con tono triste—¿Estás bien?

—ehh. Sí, creo que sí. ¿Por?

— me dijiste que te había empujado, así que supuse que tu hombro estaría mal.  —dijo preocupado. lo sentí triste y con la expresión de culpable. Me sentí mal, pues su rostro estaba con algunos moretones y recordé lo que los chicos le hicieron. La que debería estar así debo ser yo no él.

—claro que no... solo está un poco morado. Pero casi ni duele...—dije mintiendo, la verdad es que si dolía.

— ¿no estas mintiendo? Es que antes de venir fui a una farmacia y compré esto –dijo mientras me daba una bolsita con una caja, supuse que era una crema—no sé si esto funcione.

Mi corazón se derritió en ese instante, es tan hermoso.

—Gracias—dije mientras recibía la bolsa—¿tu estas bien?—dije agachando la mirada- yo lament...-antes de continuar, él me interrumpió.

— no te preocupes por mi

—Ven...-dije jalándolo para que entrara a mi casa—al menos debería curarte yo –dije- . Lo senté en el mueble y les ordené a las empleadas que me trajeran el botiquín.

— no es necesario, yo ya limpie mis heridas.

—no lo suficiente, dije mientras miraba la herida que tenía en el borde del labio, al parecer la pequeña costra se había abierto. Apenas tuve el botiquín en manos empecé a limpiar cada una de las heridas que tenía en el rostro.

— me gusta esta nueva versión tuya.

—¿enserio? –Dije emocionada, pero lo oculté

— has cambiado un poco, como por ejemplo en la forma de hablarme. Ya no suenas tan maleducada. Aunque...-cayó.

—¿aunque...? –dije mirándolo

— no, nada. Por cierto, esta mañana tu...

—yo... –dije nerviosa ¿acaso habrá visto aquella escena a las afuera de la casa? espero que no.

— me sorprendí cuando me pegaste la nota en la frente ¿Cuál era la emergencia?—dijo mirándome fijamente a los ojos

—bueno...yo.—Me quedé en silencio pensando.

—No, no... lamento incomodarte, creo que eso no me incumbe ¿verdad? -dijo sonriendo- emm! ya que tú me has curado ¿ahora puedo curarte yo?

— No es necesario.---dije nerviosa

—vamos no te hagas de rogar. Solo quiero asegurarme de que estas bien, no se cuan fuerte te empuje, así que eso me tiene preocupado.

—Está bien- dije mientras jalaba un poco mi polo para que viera aquel golpe-

— lamento tanto empujarte –dijo mientras aplicaba aquella crema- realmente lo siento mucho.

—¿enserio no recuerdas nada?

— casi siempre suelo recordar cuando tomo. Pero esta vez no he podido recordar, de seguro es porque bebí de más, lo único que tengo en mente es que estuve bebiendo solo. Ni siquiera recuerdo cuando te acercaste a mí. ¿Te traté mal?

—umm! Me lo merecía de algún modo. Ni siquiera pude ayudarte. Debiste de estar molesto conmigo.

— un poco.

—por cierto ¿porque viniste a mi salón?

—sungyeol— estaba preocupado, ya que te fuiste con woohyun, cuando él estaba de esa manera tan alterada. La verdad es que no quiero interferir en su relación, o mucho menos causarte problemas con él.

—reí al escuchar la última parte que dijo- porque él no sabía que yo, ya no tenía nada con woohyun. Así que antes de poder contestar, la puerta de mi casa se abre sorpendiendome en el acto.

Mierda

Ese idiota se quedó con mis llaves- Me dije al verlo ahí parado frente a nosotros, con la mirada fulminante.

Queriendo ser NERDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora