Pero tú estabas ahí, entre lo que amaba y lo que odiaba, entre lo que debía dejar ir y lo que más deseaba tener.
Pasaron algunos días.
Con ellos llegó un torbellino de emociones que no supe cómo manejar. A ratos estaba tan enojada que ni mis amigos podían soportarme; en otros, me hundía en una tristeza tan profunda que me encerraba en mi burbuja, incapaz de hablar con nadie. Ese caos emocional tenía un origen claro, aunque me negaba a admitirlo.
Todo se debía a su ausencia.
El nerd llevaba tres días, seis horas, cuarenta minutos y treinta y siete segundos sin aparecer. No, no estaba desesperada. Ni siquiera me importaba su llegada, y por supuesto, no rondaba cerca de su aula intentando verlo.
¡Claro que no!
...Vaya mentira.
Ni siquiera yo podía engañarme.
Está bien, lo admito. Estaba algo desesperada. Pero no era por él, sino porque su ausencia había encendido algo en mí: un miedo a que empezara a gustarme de verdad, a que ese sentimiento pusiera en peligro todo lo que creía sentir por Woohyun. Y hablando de él, Woohyun no dejaba de dejar pequeños detalles en mi carpeta: frases poéticas, chocolates, notas que parecían sacadas de una novela. Si el nerd no estuviera en mi cabeza, probablemente ya habría caído rendida ante sus encantos.
No estaba enamorada. No de verdad.
Pero joder, cómo dolía su ausencia.
En la salida me topé con Woohyun. Su mirada, siempre intensa, hizo que no pudiera esquivarlo. Nos quedamos en medio del pasillo, yo aferrada a mi mochila, mientras él sostenía dos cascos de moto.
—Te estaba esperando. Vamos. —Me quitó la mochila y me tendió uno de los cascos.
—¿Qué haces? —pregunté, confundida.
—Tomando lo que siempre ha sido mío. Y tú, por supuesto, no serás la excepción. —Sonrió con esa seguridad que siempre lograba acelerarme el corazón. Ignorando mi protesta, me tomó de la muñeca y me llevó a su moto.
—¡Woohyun, basta! —intenté resistirme.
—Cariño, no te pongas nerviosa. Sujétate. —Me colocó el casco con una destreza que me dejó sin aliento. —Aún me amas. Lo sé. Porque nadie olvida lo que el corazón todavía necesita.
No respondí. Mi corazón estaba en mi garganta, incapaz de procesar el caos que sentía. Durante el trayecto, reconocí las calles. Estábamos yendo a la playa, nuestro antiguo refugio. Aquel lugar había sido testigo de besos robados, caricias temblorosas y secretos que jamás confesé.
—¿Qué planeas? —logré preguntar, intentando sonar molesta, aunque por dentro estaba temblando.
—Solo quiero que veas esta vista conmigo. —Se quitó el casco y dejó al descubierto esa sonrisa que tanto odiaba y amaba al mismo tiempo. —Este lugar siempre fue nuestro. ¿Lo olvidaste?
Bajé de la moto, temblorosa. Dejé el casco puesto para ocultar las lágrimas que ya corrían por mi rostro. Dios, ¿cómo podía amar y odiar a alguien al mismo tiempo? ¿Cómo podía sentirme tan débil frente a él?
—Deberíamos intentarlo de nuevo. ¿Qué dices? —Su voz era suave, pero decidida. Tomó mi mano con cuidado, y antes de que pudiera reaccionar, quitó el casco que llevaba puesto.
—No... esto no está bien... —intenté hablar, pero su proximidad me desarmó. El impulso de golpearlo fue reemplazado por otro mucho más intenso. En lugar de apartarlo, mis labios buscaron los suyos.

ESTÁS LEYENDO
Queriendo ser NERD
RomanceSin duda mi reputación de chica mala comenzó a tener una grieta. ----- Esta prohibido cualquier plagio o adaptación.