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—Bromeas?— me dijo mi nueva amiga, mirando con asombro todas las flores en mi oficina, un presente de Harry, todos los días me enviaba un regalo con un mensaje, cualquier cosa pero siempre estaba presente, aunque al principio me molestaba ya me he acostumbrado, se dio por vencido con las llamadas que yo me negaba a responder. Al principio devolvía sus regalos, pero él me los devolvía, y pasábamos devolviéndonos el regalo todo el día, lo que me pareció una total perdida de tiempo, así que al final solo los colecciono, por alguna razón no soy capaz de simplemente votarlos.
Todas las tarjetas que envía con sus regalos, siempre tienen la misma posdata "habla conmigo, por favor", pero no soy capaz de hacerlo, no soy capaz de responder a ninguno de sus intentos, hace 7 semanas me envió una carta en la que me decía que Keyla estaba fuera de su vida, y me explicaba porque se había convertido en su prometida, no sé si creerle, el asegura que lo hizo para protegerla de su padrastro pero no soy capaz de creerle.
Tengo un total de 10 cartas suyas, el número de semanas desde que lo vi por última vez en la fiesta, en todas me cuenta lo que ha hecho en la semana, aunque las cuatro primeras no las leí si no hasta la quinta semana, he de admitir que me gusta leer sus cartas, me hacen reir.
—Entonces hablaras con el?— Me pregunto Samantha recordándome su presencia,
—No— respondí rotundamente si de algo estaba segura es de que no estaba lista para hablar con el tal vez nunca lo estaría.
—El te envía todos los días regalos, te escribe y tu no respondes, pero el sigue haciéndolo por diez semanas, no es prueba suficiente de que esta arrepentido? No deberías hablar con él?— parecía tener sentido lo que decía Sam, pero no estaba segura.
—He estado muy ocupada, el trabajo me tiene a tope— respondi, Sam se sentó frente a ella.
—Eres una mentirosa, hemos salido de copas, ósea que si tienes tiempo! estoy segura de que a él no le importa la hora que lo llames, que tal si...— no la dejo terminar.
—No Sam, no! Te he contado todo lo que paso con el— me queje, no podía creer que ella se pusiera del lado de Harry.
—Y yo te he contado todo lo que me paso a mí, te he dicho todas las maneras en las que me fallo el imbécil de mi ex prometido, pero lo perdone porque lo amaba— la miro con incredulidad— ya sé que al final lo mejor fue separarme de él, pero eso fue porque él no me amaba, si él me hubiera amado, yo lo hubiera perdonado— se quedó boquiabierta, de verdad lo hubiera perdonado— escucha _____ sé que es difícil, pero tú lo amas y él te ama porque no le das una oportunidad?— ella negó con la cabeza, no, no necesitaba escuchar eso, no necesitaba que su cabeza se llenara con basura, su vida estaba en orden no necesitaba problemas, no.
Hace semanas que su familia se había alejado definitivamente, dejaron de insistir en hablar con ella, después de que se enteraran del cambio en su testamento, suponía estaban indignados, aunque al principio se sintió mal, al pasar el tiempo dejo de importarle, en cambio Harry, era demasiado necio, no dejaba de intentar hablar con ella, y aunque no quisiera admitirlo, eso disminuyo su ira hacia él.
Pero sabía que al final él también se terminaría alejando no sabía cuándo, pero seguro lo haría, entonces todo estaría en orden, se dijo, para nada convencida, ya tenía un nuevo hogar, esa misma semana se mudó, es hermoso, una casa antigua de dos pisos totalmente remodelada, 4 habitaciones, 5 baños, cocina, estudio y lo que más le gustaba el patio trasero parecía un pequeño parque. Le encantaba su nuevo hogar, aunque se sentía muy sola en él. Había vivido muchos años sola pero nunca fue más consciente de su soledad que ahora.
—_____, lo harás?— le pregunto su amiga, atrayendo su mente de nuevo a la conversación.
—Lo pensare— dijo, su amiga se acercó a abrazarla.