Capítulo 17

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Harry

—Debemos poner reglas— dijo el mientras le acariciaba la espalda desnuda a _____, ella lo miro somnolienta, él sonrió recordando cómo habían terminado en su cama.
Después de que ella acepto no había tardado mucho en llevarla a su apartamento, tiro un par de billetes en la mesa, suficiente para cubrir la cuenta y dejarle una buena propina al camarero, demasiado buena ahora que lo pensaba. Pero lo cierto es que en ese momento no estaba pensando mucho. Solo tenía una idea en mente,  tener a _____ en su cama, desnuda, pero ni siquiera a la cama habían llegado, apenas había cerrado la puerta de su departamento, cuando su deseo estallo, la había acorralado contra la puerta y la había tomado hay mismo, con sus piernas enredadas en sus caderas, luego en la alfombra de la sala donde la había desnudado completamente, y después en su cama. Se había mostrado insaciable hasta él estaba sorprendido. Seis veces en una sola noche.  No la había dejado descansar ni por un segundo,  le había dado orgasmo tras orgasmo, sonrió, ahora estaba exhausta y saciada en sus brazos. Y era suya!
Ella había aceptado, ahora nada le impediría tenerla en su cama cuando se le antojara. Dejo de sonreír y dirigió su vista a la sabana que cubría la mitad inferior de su cuerpo, ¿ya estaba duro de nuevo?, pero que demonios! que hacia esa mujer para tenerlo así! En un estado permanente de excitación.
Esa era la maldita razón por la que necesitaban reglas, una sola noche y su cuerpo ya estaba a las órdenes de _____, debía impedir que su mente también lo estuviera, ya sabía que manipuladoras y caprichosas podían ser algunas mujeres, y aunque _____ no parecía una de ellas debía ser cauteloso.
La miro, ella estaba bostezando, se pegó más contra él y se acostó sobre su pecho.
—No pensaras echarme esta noche verdad?— dijo casi dormida, ella le regalo una pequeña sonrisa— me has dejado exhausta, y aunque tu pareces no estar cansado— le acaricio el abdomen, bajando sus caricias hacia su pene, pero se detuvo antes de llegar a el— yo no puedo más! Podemos discutir las reglas mañana?— el solo la miraba, estaba dormitando en medio de sus brazos, hablaba medio dormida y medio despierta, él sonrió.
—Duerme preciosa— le susurro antes de abrazarla y depositar un pequeño beso sobre sus cabellos. Ella no tardó mucho en seguir sus órdenes.

_____

Sentía unas manos acariciar su espalda, después unos labios sobre su cuello, demonios! Ya estaba excitada!, abrió un poco los ojos y vio a Harry mirándola.
— Buenos días preciosa— le saludo para luego tocarle un pecho, que inmediatamente se endureció ante su tacto. Él se lo apretó y no pudo evitar gemir – Estoy hambriento— le dijo sonriendo con picardía. Decidió seguirle el juego.
—Y que quieres comer?— le pregunto arqueando una ceja con diversión. El sonrió y tomo una de sus manos para dirigirla a su miembro.
—Lo que quieras darle de comer a mi amigo!— le dijo burlón, ella empezó a reír,  mientras empezaba a mover su mano sobre él, enseñándole como le gustaba ser acariciado, ella estaba muy excitada.
No hubo mucho interludio antes de que él se posara encima de ella y empezaran una danza erótica, que los dejo saciados minutos después.
—  Muy bien señor insaciable, hablemos de las reglas— le dijo ella sentada sobre el mesón de la cocina, mirándolo hacer el desayuno, él le dirigió una mirada divertida, ella cruzo las piernas, llevaba encima una camisa de él, sin nada debajo, el, la había llevado cargando a la cocina y la había depositado sobre el mesón con las piernas abiertas, le ordeno mantenerlas así mientras el preparaba el desayuno, pero a ella le encantaba desobedecerle, había algo tan erótico en su mirada cuando lo hacía que le fascinaba hacerlo.
—Que te dije sobre las piernas— le susurro el en tono amenazador. Ella sonrió.
—Sr. Styles solo intento darle un poco de concentración para que hablemos de las "reglas"— el frunció el ceño, aunque no sabía de qué se trataban las benditas reglas, ella sabía que no le iba a agradar, sin embargo se dijo que ya que estaba metida en eso aceptaría cualquier cosa, porque la tocara todas las noches, como lo había hecho el día anterior.
— Desayunemos y después te lo diré! Ahora, abre las benditas piernas— dijo el en un tono que denotaba que iba a perder el juicio en cualquier momento si no obedecía, ella sonrió y obedeció. Después de desayunar él le hizo el amor una vez más sobre el mesón, después la llevo a la sala.
Estaban sentados uno al lado del otro, el con las piernas de ella sobre las  de el. Se miraron unos segundos antes de que el empezara a hablar.
— Es probable que varias de las reglas no te vayan a gustar _____, pero no quiero que discutas, tu aceptaste esto.. Recuérdalo— le advirtió, ella dudo por un momento hasta que al fin contesto.
— Está bien— se convenció a si misma
—Primera regla: nadie debe saber de nuestra relación, es totalmente secreta— ella lo miro sorprendida, ¿no podía contarle a nadie acerca de su relación? ¿ni siquiera a su hermana? Suspiro, no estaba acostumbrada a que le dijeran lo que podía o no podía hacer! así que simplemente asintió.
—Segunda regla: No va a haber más hombres en tu vida mientras yo esté en ella...— ella iba de decir algo pero el, la interrumpió— y no habrá ninguna otra mujer en la mía, mientras tu estés en ella— _____ asintió aliviada.
—Tercera y última regla, por el momento... si empiezas a sentir algo por mi  debes decírmelo _____, terminaremos inmediatamente, ya te he dicho que no puedo darte un futuro, solo el ahora, entiendes?— _____ no sabía porque al oír la última regla algo en su pecho se había oprimido, pero asintió. Dios en que me estoy metiendo! Pensó pero no había marcha atrás....

La Amante Secreta |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora