Harry
—Tienes novio entonces? vives con él?—pregunto mirándola fijamente, ella ya estaba muy nerviosa, lo podía notar, parecía como si el espacio entre ellos se estuviera reduciendo, además que clases de preguntas eran esas para una entrevista laboral, ni él podía creer que estuviera preguntando eso, pero ella era tan hermosa.
—Yo...— ella se quedó pensativa, como recordando algo, tenía una expresión triste en el rostro.
—_____— atrajo su atención, la miro, como le encantaban sus ojos, pero estaban algo húmedos como si se fuera a echar a llorar en cualquier momento, pensó el — estas bien?— dijo finalmente.
—Si...mmm.. Yo.. vivo sola, aunque mi hermana vivía en el mismo edificio que yo, se acaba de mudar a LA y no, no tengo novio, algo más?— de repente estaba a la defensiva y Harry estaba encantado, nadie jamás se atrevía a hablarle así, por temor a perder su empleo, pero ella era diferente en muchos aspectos, el primero es que el nunca que había sentido atraído por alguien que trabaja para él, el segundo es que nunca había sentido tantos deseos de besar a una mujer, él siempre se había regodeado de su autocontrol, por Dios!, y tercero ella le parecía totalmente refrescante.En definitiva la necesitaba en su cama, como en la oficina.
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—No, bueno puedes empezar mañana, antes de que llegue quiero los informes de Hunter Company en mi escritorio ok?— ella asintió— Entonces te veo mañana preciosa— _____ tenía miedo de respirar él estaba tan cerca, olía tan bien! No entendía como un hombre al que apenas conocía tenia tanto poder sobre ella.
—Hasta mañana Sr. Styles— se despidió levantándose, quería salir corriendo necesitaba tiempo para levantar sus defensas. Nunca había sentido algo así por un hombre, tenía ganas de lanzarse a sus brazos, besarlo, había escuchado de la atracción pero nunca pensó sentirla.
—_____!— la detuvo antes que saliera del despacho —Espero con ansias verte— sin más él se acercó y le dio un beso en la mejilla, en la comisura de los labios. Ella se tensó y lo miro, él sonreía como si no tuviera idea de lo que había echo.
— Hasta mañana— dijo ella entre confundida y molesta, se marchó. No sabía si Harry se comportaba así o era solo con ella...
De camino a casa decidió que no volvería a caer. Después de pensarlo todo el camino decidió que Harry dejo más que claras sus intenciones. Y ella sabía lo que pasaría la seduciría hasta llevarla a su cama. Claro si ella lo dejaba!
—Y si consigo otro trabajo? — se preguntó a sí misma, "cobarde" le respondió su subconsciente.
—No soy una cobarde!— dijo decidida, estaba decidido iría a trabajar y seria todo lo profesional posible.
Dejaría claros los limites jefe—asistente y si el intentaba algo optaría por hacerse la tonta y darle plantón. Sabía que no resultaría fácil y el insistiría pero al final se daría por vencido.Harry
Debía tenerla! Aquella mujer de larga cabellera negra lo traía loco... ya quería verla. Mañana cuando llegara la invitaría a cenar. Él nunca había aprobado que el jefe saliera con alguien del personal, pero esta será la excepción, pensó.
Estaba dispuesto a todo por tenerla, sabía que a ella no le era indiferente, se le formo una sonrisa lobuna mientras miraba hacia la ciudad desde las ventanas de su oficina. Ella temblaba como papel entre sus manos, se veía tan frágil. Pero sabía también que ella se resistiría, ambos habían sentido la química que había entre ellos desde el primer momento, de eso no tenía la menor duda, pero también se dio cuenta como ella se resistía y la pregunta era porque?
Era obvio que no se lo pondría fácil.
—Sr. Styles, la Srta. Burks está en la línea— oh! Samantha! había olvidado que cenaría con ella.
—Esta bien Berenice pásemela— hoy mismo terminaría con ella, no es que fueran novios, ella era solo su amante y él ya tenía una nueva conquista en mente. Y Samantha aunque había sido divertida en su momento ya no le atraía.
—Como que no!— le grito ella al teléfono— Es que acaso volvió Keyla y piensas arrastrarte a sus pies de nuevo?!— estaba histérica y no lo sorprendía, se había imaginado que deshacerse de ella seria desagradable.
—No, Samantha solo que a no puedo dedicarte el tiempo que tú te mereces tengo demasiado trabajo como para mantener una relación lo siento— concluyo— te enviare un regalo ojala puedas perdonarme— y antes que ella pudiera decir algo más, colgó.
En fin, sonrió, otra más, no quería darle razón a las revistas del corazón pero la tenían, él era lo que se suele llamarse un playboy.
Un playboy que tiene una nueva presa pensó riendo.