Capítulo 44

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—Bienvenida a casa, Sra Styles— me susurra en el oído mi esposo mientras me deposita en el sofá de nuestra sala y empieza a besar mi cuello, yo empiezo a reír, estamos en nuestro hogar después de tres semanas de luna de miel en Paris, lunes diez de la mañana y aún seguimos en nuestra burbuja de felicidad. Los días en Paris fueron maravillosos, aunque Harry prefería estar en la habitación de nuestro hotel, pude convencerlo de llevarme a lugares que quería visitar.

Suspiro cuando el mete una de sus manos bajo mi blusa.

—Que tal un poco de amor para tu marido— me dice besando el valle entre mis senos, yo me estremezco soy incapaz de decirle que no, a pesar de que se que tenemos cosas por hacer. El me mira mientras sigue descendiendo hacia mi ombligo, me estremezco, lo acepto estoy perdida, asiento, empieza a quitar mi blusa dejando a la vista mi vientre, de repente el sonido del teléfono nos interrumpe, Harry suspira con molestia escondiendo su rostro en mi vientre, yo rio, cuando lo escucho murmurar "debimos quedarnos en Paris". Después de unos minutos, el contestador se activa.

— _____ soy Zoe, se supone que hoy estas de regreso jefa, no quiero presionarte pero hay muchos pendientes, Adam está a punto de enloquecerme llamame— y la llamada se corta, bien ahí están nuestros pendientes, hace tres semanas cuando Harry preparo nuestra apresurada boda, también se aseguró de convencer a su hermano de hacerse cargo de ambos negocios en nuestra ausencia. Mi esposo gruñe moviéndose a un lado para quedar junto a mí en el sofá, me acurruco a su lado, bostezando, estoy un poco somnolienta, lo cual me parece absurdo soy una persona que duerme lo necesario, y a pesar de no dormir lo suficiente los días en Paris, en el avión camino a NY recupere las horas perdidas. Tal vez es solo cansancio después de todo no soy de hierro, es solo que no estoy acostumbrada a sentirme así, tengo cosas por hacer.

—Sugiero que vayamos a la empresa— digo y bostezo de nuevo, maldición preferiría tener unas horas de descanso pero no nos lo podemos permitir se supone que debimos haber regresado hace una semana, cuando nuestra luna de miel en realidad termino pero Harry me convenció de alargar nuestra luna de miel una semana más, y no solo a mí, también convenció a su hermano de quedarse una semana, se lo difícil que es hacerse cargo de mi puesto, por si sola me vuelvo loca, no puedo imaginar cómo esta Adam con mi puesto y el de su hermano. Me muerdo el labio con remordimiento, no debí dejarme convencer esto es abuso de confianza.

—O podemos quedarnos en casa y...— empieza mi marido, desde que nos casamos el hombre de negocios se ha ido, pareciera que no le interesada nada su empresa, niego con la cabeza mientras interrumpo.

—Ya hemos abusado demasiado de Adam, sabes que no es fácil ni tu trabajo ni el mío, imaginate los dos juntos— el ríe, sé que él lo sabe, pero eso no lo detiene de moverse para que quede acostada bajo el. Mirándome con lujuria, se lo que se avecina y soy débil, muy débil.

—Estoy seguro de que sobrevivirá un día más— me asegura mordisqueándome los labios, no lo resisto, yo lo beso, empezando a buscar la hebilla de su pantalón, el da pequeños mordiscos a mi cuello, bajando hacia mis senos, yo me arqueo hacia él, ansió su atención, todo mi cuerpo arde, lo deseo tanto, sus labios están en mi vientre mordisqueando cuando suena el teléfono de nuevo, pero no me quiero detener ambos lo ignoramos, entonces se activa la contestadora.

— Se acabó, renuncio, me escucharon, renuncio! Sé muy bien que están ahí, no soporto más a tu asistente _____! La detesto!—se queja un muy molesto Adam, antes de colgar. Harry y yo nos miramos jadeantes, esto es nuevo para mí, nunca he escuchado a un Adam de mal humor.

—Creo que debemos ir— murmura mi marido con expresión de susto, entonces sufro de un ataque de risa, porque eso es exactamente lo que yo sugerí antes – que le parece tan gracioso Sra Styles— me reprende, y sigo riendo no puedo parar, era la expresión de su cara y la manera que lo digo, bufa antes de besar mi frente y levantarse de mi. Poco a poco me voy calmando – no entiendo que sucede, la semana pasada cuando le pedi que se quedara una semana mas no parecía tan molesto— me dice ayudándome a levantarme del sofá.

La Amante Secreta |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora