Capítulo 39

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—Tienes a las 10 una reunión con los de marketing, a las 11:30 una reunión con los de finanzas, el almuerzo...— dice Zoe repasando mi agenda.

—Harry y yo almorzaremos juntos— le informo, Zoe asiente, tachando lo que sea que haya colocado en la agenda  para esa hora— y continua.

—A las dos de la tarde tienes la selección de la nueva decoración de los restaurants, y a las 4 el señor Kiriakis ha pedido cita contigo, he traído los papeles que me pediste, están sobre la mesa, les he echado un vistazo y arme el resumen, te lo envié al correo—finaliza cerrando la agenda, Zoe siempre muy eficiente.

—Gracias Zoe— le respondo entrando en mi oficina, miro la cantidad de papeles que tengo sobre el escritorio, y me estreso inmediatamente,  quito mi abrigo y lo coloco junto a mi bolso en un estante.

Me siento mirando todo mi escritorio, pensando por dónde empezar, tengo un par de horas antes de la primera reunión, tal vez leer unos contratos?, seguro que no terminare todo esto hoy!.

—Necesitas algo más _____?— me pregunta Zoe, yo niego con la cabeza – Apenas me traigan tu café latte te lo traeré— me dice antes de salir de la oficina.

Tengo ganas de comportarme como una niñita pequeña y hacer berrinche, esta mañana no me quería levantar de la cama, no debí separarme de los protectores brazos de mi novio, me hubiera quedado en casa.

Mi teléfono empieza a sonar, antes de que pueda continuar divagando en mis recuerdos,  es una llamada a mi línea personal, solo hay una persona que tiene ese número así que contesto sonriente.

—Hola— respondo contenta.

—Ya te echo de menos— me dice Harry al otro lado.

—Pero si solo han pasado un par de horas— le señalo riendo, sé que estamos actuando como tontos pero no lo puedo evitar, amo a este hombre.

— Debimos habernos quedado en casa..... en nuestra cama— me dice tono de arrepentimiento Harry, rio recordando, después de que hicimos el amor, nos quedamos dormidos, cuando desperté, Harry aún estaba dormido, estaba tan hambrienta que pedí comida a domicilio, lo que me llevo un tiempo, para cuando Harry despertó, ya había puesto la comida en la mesa, era ya la tarde cuando terminamos de comer, nos bañamos juntos e hicimos el amor el resto de la tarde, incluso esa mañana, si definitivamente debieron quedarse en casa.

—Si bueno, nuestros negocios no se atienden solos, sabes?— respondi, mirando todo lo pendiente en mi escritorio, estos días de felicidad, estaban pasando factura a nuestro trabajo – nuestras salidas me están pasando factura, tengo muchos pendientes— me quejo, el ríe al otro lado de la línea.

—Lo sé yo tengo el escritorio lleno de papeles— me comenta con fastidio –quieres cancelar nuestro almuerzo?— me pregunta, niego con la cabeza como respuesta, mientras empiezo a abrir algunos de los sobres que tengo sobre el escritorio – Cariño?— que tonta el no me  puede ver, debo darle una respuesta verbal.

—No, quiero almorzar contigo, te echo de me...— contesto pero mis palabras se detienen cuando miro "un sobre del juzgado",  abro el sobre con rapidez, es una citación!

—_____?— dice preocupado Harry— estas bien?— insiste, pero no puedo responder estoy totalmente congelada, por un momento llegue a pensar que mi familia había desistido de la idea de demandarme, que idiota había sido –_____?— insiste Harry.

—Es... una citación— respondo, Harry gruñe del otro lado del teléfono. Se supone que esto no debiera sorprenderme pero lo hace, siento un vacío formándose en mi estómago.

La Amante Secreta |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora