(Pv Marcos)
Era demasiado pedir que no lo hiciera, esta noche no terminaría hasta que sea suyo definitivamente.
Bueno, no es una mala persona; es decir pudo haberme engañado y decir que buscaría a mi hija y no hacerlo nunca, ella pudo morir ahí en ese gabinete o peor, la hubieran encontrado y vendido también como esclava, esa idea me daba ganas de vomitar. Mi niña ahora estaba a salvo, yo...cumpliré mi palabra al igual que él. Si he de perder mi virginidad, al menos será con un hombre de verdad.
Me sonrrojé pensando en ese hecho, vaya que era un hombre en todo el sentido de la palabra, esa cosa apenas entró en mi boca ¡Me va a partir a la mitad!
Bueno, al mal paso darle prisa, me coloqué entre sus piernas y comencé a lamer su pene, no sé qué me pasa pero esto no es tan asqueroso como pensaba, tuve algunos amigos gays pero nunca les pregunté cómo es hacerle un oral a otro hombre, así que estoy improvisando.
— Eso es mi pequeño, usa tu lengua de arriba a abajo.
Parecía satisfecho, de hecho su respiración era más agitada, puedo sentir mi propio miembro endurecerse más y más...cuando de pronto me detiene.
—¿Hice algo malo?—pregunté preocupado.
— Para nada mi pequeño, por el contrario.—dijo acariciando mi rostro antes de besarme.—Pero quiero correrme dentro de tí, así que es mi turno.
Me tomó en sus brazos y me dejó boca arriba sobre la cama, espera ¿Voy a ver cuando me penetre? su lengua recorre mi cuello haciendo que suspire avergonzado, sus manos aprietan mis pezones antes de sentir esa lengua caliente y húmeda en cada uno, comienzo a gemir con más fuerza, se siente...tan bien...sus manos juegan con mis testículos haciéndome estremecer, mi mente está en blanco, sólo puedo pensar en esas caricias y en mi propio placer.
— ¡Ahhh!
Siento la lengua de Aras penetrando mi entrada, no esperaba eso y siento que voy a correrme en cualquier momento, su mano comienza a masturbarme mientras su lengua se mueve salvajemente en mi interior.
— ¡A-Amo!—gemí descontrolado.—¡No puedo más!
— Si lo harás.—dijo apretando con su mano la base de mi pene, haciendo que grite adolorido.— Vas a correrte cuando yo lo diga Marcos, si no quieres ser castigado, debes obedecer. Creeme aguantar un poco hará que disfrutes más.
—¡Ahh!— grito al sentir un dedo entrar en mi cuerpo.— ¡Duele!
— Paciencia mi pequeño.—dijo moviendo su dedo en un mete y saca que me paralizó.— Si no lo hago así te dolerá cuando entre.
Siento un segundo dedo, ambos se mueven en forma de tijeras con más fuerza, me sacudo sosteniendo las sábanas, siento dolor pero también placer, me pregunto si así se siente cuando una mujer está por perder su virginidad.
—Aprieta tus pezones.—me ordena mientras entra un tercer dedo.
Gimo mientras mis manos comienzan a tocar mis pezones, nunca los había acariciado ¿Por qué no lo hice antes? Nunca más volveré a olvidarlos, se siente increíble, tan morboso, tan erótico. Estoy tan concentrado que apenas noto el cuarto dedo.
— Bien Marcos, sigue así.— dijo sacando sus dedos y colocando su pene en mi entrada.— Puede que te duela al principio pero luego me rogaras por más.—diciendo eso, me penetró con fuerza.
—¡AHHH!—dolía....dolía mucho.— ¡Amo para por favor! ¡Me duele! ¡No puedo!
— Si puedes, respira profundo.—dijo quedándose quieto mientras besa mis ojos llenos de lágrimas.—Relájate Marcos, no me moveré hasta que te calmes.
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El Príncipe y el Esclavo
RomanceMarcos es secuestrado y vendido como esclavo, su dueño es el cuarto hijo del Rey, el príncipe Aras y a partir de ese momento comienza su vida como un juguete sexual, o al menos eso piensa él. Ya que termina enamorándose de ese estilo de vida y del...