11. Detalles de Familia

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Al día siguiente, hubo una fuerte tormenta que inundó los caminos aunque el príncipe Aron y Nico no vendrían sino hasta el viernes, Isú llamó avisando que era imposible para ella venir a dar clases y Aras le dijo que no se preocupara por eso y que no saliera de casa si era peligroso, mamá Lúa llegó sólo porque vino en limusina pero Aras le pidió que descansara y se diera un baño caliente antes que se enfermara. Mientras todo eso ocurría yo dormía bien abrigado en mi cama.

—Papi.

Sentí el peso de Anelis sobre mí y desperté para verla agarrando su peluche de tortuga y con una pijama de gatito que le quedaba muy linda, ella parecía que apenas estaba despierta aunque sus ojos estaban más cerrados que despiertos.

—¿Qué ocurre Anelis?— le pregunté frotándome los ojos.

—Papi llueve mucho.—susurró acostándose a mi lado.— Tengo fio.

—Vale cariño deja que me vista— dije buscando el bóxer que usé la noche anterior y me lo puse antes de abrazarla, era muy temprano pero no veía a Aras tal vez estaba en el baño, espero que no le moleste. 

Anelis se abrazó a mi y sonreí tranquilo antes de quedarme dormido de nuevo.

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(Pv Aras)

¡Vaya mierda de clima!

Me saca de quicio estos días de lluvia; no puedo salir al jardín, las puertas y ventanas están cerradas y los sirvientes están todo el día secando el piso. La lluvia en el desierto era peor que un monzón, el aire estaba tan frío que los dientes me castañean en resumen: ¡Odio la lluvia!

Cuando me aseguré que mamá Lúa estuviera cómoda y bien abrigada subí a mi habitación, no me sorprendería que Marcos siguiera dormido pero debía llamarlo para que se cubra bien, otro detalle de este maldito clima es que no hay manera de que una persona esté desnuda con este frío. 

Entré y al caminar a la cama vi algo que hizo que me enterneciera.

Anelis estaba en la cama chupándose el dedo y abrazando a su padre junto con su peluche de tortuga, mientras él la abrazaba con cuidado. 

Vaya, nunca pensé que ver algo así me pareciera lindo, eran adorables y tan dulces que realmente quería verlos así siempre. Busqué mi teléfono y les tomé una foto, luego me quité la túnica y me acomodé a su lado, los piesitos de la niña estaban fríos así que acomode mejor las cobijas y traté de dormir un poco más aprovechando que ya no quedaba tanto trabajo pendiente.

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—Veamos, un buen abrigo, guantes....

Luego de despertar, padre e hija se dieron un baño y fueron a buscar ropa adecuada para el frío. Yo me levanté después y me arreglé antes de seguirlos y encontrando a Anelis abrazando su tortuga mientras saltaba en la cama entre risas y a Marcos revisaba el armario diciéndole que dejara de saltar.

—Mmmm bueno encontré un abrigo grueso y unos calcetines calentitos.— comentaba para sí mismo antes de darse la vuelta y verme.— ¡Ah! Buenos días A...Señor.

Reí al notar que iba a llamarme Amo delante de Anelis quien se dio la vuelta y me saludó.

—¡Buenos días Alteza! 

—Buenos días ¿Necesitas algo más Marcos?— pregunté pensando que tal vez faltaba algo para abrigar a la niña.

—Bueno creo que no, estaba buscando ropa abrigada.— aseguró mientras le ponía a Anelis un abrigo grueso.— Este clima no me lo esperaba en esta época a decir verdad.

El Príncipe y el EsclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora