__Hace unas horas__
(Pv Shyna)
Anelis, Josei y yo dormíamos en una cama de la casa del tío Aron, antes habían dicho que íbamos a estar en otra parte pero al final nos dejaron aquí. No entiendo nada de lo que pasa, papá y mis mamás estaban muy raros al igual que todos los adultos, incluso me abrazaron y no pararon de decirme que me amaban.
Sabía que el tío Liam era malo y me daba miedo sobretodo porque una vez quiso tocarme ahí abajo y llevarme a su casa.
Miré al techo rezando porque volvieran a salvo, hoy se veían tan asustados que tenía miedo de que algo malo pasara y también era raro no tener a mis hermanitos conmigo. Me di la vuelta donde Anelis y Josei dormían hechos un lío con las sábanas pero de alguna forma tenían sus manos agarradas, los arropé como pude y sonreí divertida.
Entonces se escuchó una alarma por toda la casa, seguido de un fuerte ruido y un temblor ¿Qué...qué fue eso?
—¡La puerta principal fue derribada! ¡Defiendan la mansión! ¡No dejen que toquen a los niños!
Desperté a Anelis y Josei y les dije que se vistieran rápido, no entendían mucho pero cuando se escuchó otro ruido fuerte se levantaron corriendo y se vistieron con un abrigo negro con pantalones iguales, el tío Akarin nos dejó esa ropa en caso de emergencia junto con unas capas largas negras con capucha, Anelis tomó su tortuga de peluche y se aferró a la mano de Josei, él tenía los ojos llorosos pero aún así sostenía su mano con fuerza.
—Son los tipos malos que dijo papá que iban a venir.—dijo Josei nervioso.—El tío Aras dijo que buscáramos a Sábara y a Sotte.
—Ellos están en el jardín, creo.—dijo Anelis.
—Vamos entonces.—dije una vez que estaba vestida y Anelis se pusiera la tortuga de mochila.
Salimos con cuidado del cuarto y caminamos lejos de las ventanas como dijo la tía Kira, Anelis me dio la mano y entre los tres fuimos ignorando los ruidos que había en otros pisos. Cuando estuvimos en la esquina, Josei se asomó con cuidado para ver si había alguien, entonces puso un dedo en sus labios y dijo que fuéramos hasta una puerta cercana, corrimos hasta allá y al cerrarla se escucharon voces y gente corriendo, nos tapamos la boca para no hacer ruido.
— ¡Encuentren a los niños! ¡El mocoso no importa pero traigan a las niñas, sobretodo a la más pequeña!
Me temblaron las piernas por el miedo ¿Por qué nos buscaban? abracé a los pequeños y esperamos que se alejaran. Cuando ya no se escucharon salimos corriendo hacia el jardín lo más rápido que pudimos.
— ¡Niños!— una de las sirvientes vino hacia nosotros y nos llamó.— No vayan al jardín, los tigres están en el sótano hacia la reserva.
— Gracias Lilina.— dijo Anelis agradecida.
— Vayan con cuidado, yo los distraigo.
— ¡No! ¡Ven con nosotros!— dijo Anelis asustada, pero la chica sonrió y le dio un beso en la frente antes de quitarse un brazalete y dárselo.
— Todo va a estar bien cariño, no van a hacernos nada.— le dijo.—Tus papás y tus tíos están dándole una paliza al tipo malo pero ustedes tienen que estar a salvo para que ellos estén tranquilos.
Se levantó y se fue corriendo, Josei tomó la mano de Anelis y me miró con los ojos llorosos.
— Papá dijo que teníamos que estar seguros.— dijo.— Vamos con los tigres.
Yo asentí y le tomé la mano a Anelis para irnos corriendo hasta el sótano, pero entonces cuando ya estábamos llegando a la puerta del sótano cuando hubo un estallido que nos tiró al piso.
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El Príncipe y el Esclavo
RomansaMarcos es secuestrado y vendido como esclavo, su dueño es el cuarto hijo del Rey, el príncipe Aras y a partir de ese momento comienza su vida como un juguete sexual, o al menos eso piensa él. Ya que termina enamorándose de ese estilo de vida y del...