(Pv Marcos)
Me quite los pantalones y de pronto sentí los brazos de Aras alrededor de mi cintura.
—Veo que no llevas ropa interior.— susurró en mi oído, haciéndome estremecer.
—Me la quité mientras Anelis se bañaba.— respondí avergonzado.
—¿Acaso quieres que te toque esta noche?—me preguntó lamiendo mi oreja haciéndome gemir.
—Y-y-yo.—tartamudee al sentir sus dedos en mis pezones, desde que me toqué ahí por primera vez ahora es mi punto más sensible.— Pensé que quería que me los quitara....Amo.
Siento sus manos sobre mi pene y me estremezco ante sus toques, gimo luchando por no caerme pero de pronto siento que me carga y me acerca al espejo, al mismo donde me vi tan excitado en mi primera noche.
—Espera aqui.— dice dejándome en el suelo.— Tócate.
Me sonrojé al pensar que iba a masturbarme frente a un espejo, pero al mismo tiempo me daba curiosidad ver mis reacciones, coloqué mis manos sobre mi pene y comencé un movimiento de sube y baja mientras mi cara parecía un tomate, me vi en el espejo y me temblaron las piernas, la imagen era morbosa y erótica, no podía creer que en realidad era yo. Llevé una de mis manos a mi pezón derecho y grité ante la sensación, ya estaba botando líquido pre seminal cuando Aras se colocó detrás de mi.
—¿Disfrutas de la vista?— me preguntó
—N-No...puedo...detenerme.— gemí.
Aunque quisiera (y no quiero) no podría dejar de masturbarme, me sentía como una bomba a punto de estallar.
—Cierra los ojos, no los abras hasta que te diga.
Cerré los ojos concentrándome en mi propio placer, me sentía tan atrevido que no me importaba hacer lo que él quisiera, así fuera sexo en público o lo que sea.
Siento sus dedos en mi entrada, el lubricante frío me estremece y me muerdo para no seguir gritando pero luego siento algo que entra en mi trasero, largo y duro pero de plástico, me tienta abrir los ojos pero resisto.
—Abrelos Marcos.
Abro los ojos y me veo al espejo, tengo un par de orejas de perro color marrón en la cabeza y detrás de mí se ve una colita de perro esponjosa a juego.
—Te ves adorable.— aseguró acariciando mi otro pezón.—Tu cuerpo inexperto le da el toque adorable que necesitas para que resalten estos juguetes, ahora eres un cachorro: tierno y adorable que desconoce lo que le rodea, esta es la imagen que muestras realmente Marcos; una hermosa criatura sedienta de conocer lo que hay a tu alrededor.— mientras decía eso su otra mano se unía a la mía para masturbarme y ya estaba al borde del orgasmo.— ¿Quieres que te enseñe, Marcos? ¿Quieres que te convierta en el ser perfecto que veo?
—S-Si...Amo.— gemí luchando por respirar.
—Ladra mi cachorro, muéstrame tu sumisión.
Si ladré, rugí o maullé no podría decirlo, me corrí con tanta fuerza que tuvo que agarrarme para que no callera.
____
Cuando desperté, estaba en una habitación oscura sobre una cama individual mientras Aras se desnudaba.
—Espero que hayas dormido bien mi pequeño.— dijo sonriendo antes de acercarse a mi.— Porque hoy vas a tener una nueva experiencia.
Noté que seguía teniendo el pub con la cola de perro, era algo extraño para mi pero no me quejo; era como jugar un rol diferente.
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El Príncipe y el Esclavo
RomanceMarcos es secuestrado y vendido como esclavo, su dueño es el cuarto hijo del Rey, el príncipe Aras y a partir de ese momento comienza su vida como un juguete sexual, o al menos eso piensa él. Ya que termina enamorándose de ese estilo de vida y del...