18. Recuerdos Gloriosos, Recuerdos Dolorosos

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(Pv Aras)

Despertar abrazado de  Marcos era una bendición para mi, verlo tan tranquilo me ayudaba más de lo que creía y ahora las noches en soledad me parecían tan lejanas como si nunca hubieran existido.

Cuando era niño apenas tenía un sitio donde dormir, compartía un viejo tapete con mi madre pero sus brazos eran tan cálidos que no importaba el frío.

Cuando la perdí apenas tenía ocho años y el tapete era tan frío que empecé a odiarlo.

Cuando entré al Palacio tenía una cama grande y hasta mi propio cuarto con juguetes y ropa costosa, pero me sentia mas solo que nunca rodeado de lujos aunque mis hermanos me ayudaban mientras iban tomando su propio camino.

Ahora mi mundo había cambiado por completo, gracias a Marcos y ha Anelis.

Me levanté con cuidado y mi pequeño gruñó un poco pero siguió durmiendo.

Apenas estaba amaneciendo, por lo que la ventana de mi habitación mostraba como poco a poco la luz del sol iluminaba el cielo nocturno ocultando las estrellas, por primera vez en mucho tiempo disfruté de la vista sintiéndome identificado con ese paisaje, un mundo oscuro iluminado por la felicidad de tener a alguien a mi lado.

Salí con cuidado y fui a ver a Anelis para asegurarme de que estuviera abrigada, al abrir la puerta sonreí al verla con su pijama de perrito y mordiendo su tortuga descubierta con las pompitas levantadas, era la ternura encarnada sin duda. La abrigué lo mejor que pude y cuando levanté un poco su bracito para dejarlo bajo las cobijas gruñó un poco y siguió durmiendo, no hay duda que son padre e hija.

Caminé un rato para despejar la mente, esperé por mucho tiempo tener a alguien especial con quien dormir más de una noche, que me entendiera y que sobretodo respetara la memoria de mi madre....

Hace muchos años que no pensaba en ello, mi madre Azalia era una mujer maravillosa que me cuidó con todo el amor que tenía...pensar que una mujer tan buena a pesar de ser echada por ese bastardo nunca le guardó rencor y todavía lo amaba a pesar de haberla dejado embarazada.

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Mamá Lua me contó que mi madre entró como esclava de limpieza en el Palacio cuando era una niña, trabajaba sin descanso y recibiendo muchos maltratos por parte de los príncipes.

En aquellos años se desató una guerra civil donde casi todos los miembros de la Realeza incluyendo al príncipe heredero y el Rey murieron, dejando a mi padre el camino libre para ser el heredero a los 21 años. Es cierto que hizo muchos cambios beneficiosos para Oluwa como mejorar el trato hacia los esclavos, salarios dignos para estos y lo más importante abrir la ciudad al mundo lo que trajo mucha ganancia al país; no obstante en los muros del Palacio se comportaba como un cabrón de primera en especial cuando conoció a mi madre convirtiéndola en esclava sexual con apenas 10 años.

Ella se dedico a la jardinería mientras mi padre se casaba con una noble rica de buena familia, una mujer fría que solo pensaba en hacerse con la Corona.

Mi madre a pesar de todo aceptó su destino y le sonreía a mi padre con total sinceridad, haciéndolo enojar lo suficiente como para dejarla en paz por unos años.

Cuando nació el primer príncipe el país se lleno de fiesta y cinco años después nacería el segundo heredero al trono, el cual por alguna razón la Reina tenía como su favorito a pesar de que Ace era reconocido como un talentoso príncipe digno de la Corona, logrando que el viejo presumiera orgulloso a su familia, al menos hasta que se cansaba de estar con su esposa y fuera a jugar con sus tres esclavas.

Al menos tuvo algo de decencia y tomó a mi madre cuando ya era una adulta que para ese entonces se habia convertido en una hermosa mujer, lo que provocó la ira de la esposa y más cuando otra esclava estaba embarazada y el Rey aceptó que sería su tercer hijo aunque no sería candidato a la Corona.

El Príncipe y el EsclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora