34. Confianza

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(Pv Marcos)

La noche pasó entre risas y juegos, aunque hubo momentos muy vergonzosos como ver en full HD la iniciación de todos....incluyendo la mía.

—No puedo creer que dijera eso delante de todos.—me quejé escondido bajo una sábana por la vergüenza.

—A todos nos encantó verte así.—decía Nico para animarme.—Ya oíste mis gritos de placer cuando Aron me lo hizo.

—¡Te veías adorable!—aseguraron Fiona y Fiore.

—Aquí un esclavo demuestra importancia cuando disfruta mientras complace a su Amo.—decía Ryan sonriendo.—Aunque en mi iniciación no hubo mucha gente, igual me gustó ver la expresión de Arisha.

—Créeme, hiciste lo correcto y más delante de la chica que quería acostarse con Aras.—comentó Zarina mientras me pasaba una galleta bajo la sábana.—Simplemente se quedó viendo el postre que nunca podrá probar.

Tomé la galleta y mientras los demás seguían hablando de sus iniciaciones yo comía pensando en mis cosas, aunque tuviera casi tres meses de relación con Aras, aún había cosas que me hacían sentir incómodo, como que todos hablaran de sexo tan abiertamente o de sus juguetes sexuales favoritos, a Nico se lo decía porque nuestra amistad iba desde contarnos secretos hasta tener sexo entre nosotros para complacer a nuestros amos, era una amistad muy rara pero la verdad lo disfrutaba.

Aunque Kira también era una buena amiga, Aras sólo dejaba que la abrazara, aunque nunca haría nada similar con ella por respeto a Sophie y apreciaba que Aras dijera lo mismo.

Los demás no eran malas personas, al contrario eran muy buenos con Anelis y conmigo, pero Nico era mi mejor amigo y por eso el trato era distinto.

Cuando dejaron el tema de las iniciaciones Zarina me invitó a hablar de mi país, Kira me ayudó en algunas partes y hablamos de las diferencias que había tenido el país entre el tiempo que ella salió de Estados Unidos, con excepción de Zarina quien venía de Arabia Saudita los demás habían pasado toda su vida en Oluwa, por lo que sólo conocían el mundo por televisión e Internet, esto era porque los príncipes sólo podían salir con motivos de estudio o para eventos mundiales estrictamente necesarios, en el último caso sólo podía salir el príncipe heredero.

Es curioso, pero aunque yo era un hombre común y corriente, tenía más libertad que Aras.

—Por cierto Marcos.—me llamó Fiona.— Ya que tu país tiene tantas armas, siempre quise saber si tu sabías usar armas.

No me esperaba esa pregunta para nada, pero al ver las miradas de todos entendí que querían saber si realmente había llegado a usar algo así.

—Puesss...No diría que soy un experto, pero aprendí a usar una pistola.

—¡Wow! creí que era una exageración de Kira que en Estados Unidos cualquiera podía tener un arma de fuego.—expresó Zarina seriamente.— Como te habrás dado cuenta aquí es prácticamente imposible conseguir una pistola ya que sólo pueden conseguirla alguien de la milicia y aún así no cualquiera puede tener un permiso para sacarla del cuartel, por eso es más normal ver que la gente se mate a cuchilladas.

—No era necesario decir esa parte.—se quejó Ryan.

—¿Entonces Marcos....allá en donde vivías....tenías una?—me preguntó Nico nervioso.

—.....Bueno, tuve que comprar una....cuando trataron de secuestrar a Anelis.

Todos cambiaron sus expresiones, parecían aterrados e incómodos.

—Hace un año la llevé al parque a jugar.—recordé.—estaba muy cansado pero Anelis no había tenido un día de descanso en mucho tiempo entre la guardería y mi trabajo así que le compré una pelota para que jugara.—aún me dolía pensar en aquel día.—Fui a comprarle un helado y cuando regresé un hombre estaba tratando de llevársela.—pensé con tristeza que fue la primera vez que Anelis lloró desesperada.—Por suerte un policía lo atrapó y sólo fue un susto....pero desde ese día ella se asusta cuando un extraño la carga.

El Príncipe y el EsclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora