Al día siguiente llegaron las figuras del mundo, mientras los jardineros creaban monumentos naturales en los arbustos, incluyendo una serie de cascadas en miniatura que simulaban ser las cataratas del Niagara y una caída de agua similiar al Salto Ángel.
Entonces cerca de las once de la mañana que Aras me ayudaba a revisar las confirmaciones de los invitados, Anelis se nos acercó diciendo algo que no esperaba.
—Papá, quiero hacer un mandado.
Nos quedamos viéndola sin poder creerlo ¿De dónde sacó esa idea?
—Me hacen faltan cosas para mi regalo.—explicó.— Y también quiero comprar unas cosas, ayer Josei dijo que iba a ir a comprar el sólito, así que yo también quiero ir yo sola a comprar la escacha y la comida.
—....Un momento, tengo que hacer una llamada.—dijo Aras antes de salir corriendo, seguramente para reclamarle a Aron.
—Anelis.—me agaché para quedar a su altura.—Entiendo que quieras ayudarme y también quieres ser responsable con las cosas de la casa.— ella asintió firmemente.—Eres una buena niña y te agradezco de corazón tu esfuerzo, pero las calles son muy peligrosas para ti.
—Pero papi, también quiero ver los pasteles de cumpleaños para darle uno a papi Aras.—susurró mirándome con ojos de perrito.—Prometo tener cuidado y no irme ni aceptar cosas de extaños, por fa papi por faaaaaa.
Ayyyy ¿Qué hago? no puedo dejarla sola en una zona donde algún bastardo podría secuestrarla.
—Dame un momento, Anelis.—dije antes de seguir a Aras, seguramente estaba en su despacho ya que era a prueba de sonido y estaba seguro que estaría gritando.
Bastó que abriera la puerta para escuchar toda clase de insultos en árabe por parte de mi Amo a su pobre teléfono y por ende a su hermano.
—¡ESA IDEA DE MIERDA TUVO QUE SER TUYA!—le gritaba
—Cálmate Aras que te quedarás pelón— se escuchó la voz de Aron a través del altavoz.—Los dos pueden ir juntos e irán al centro comercial de la ciudad, ya tengo todo planeado, le pregunté a Ace y allí es donde Shyna va a hacer los mandados, de todas maneras no los vamos a dejar solos.
Tuve que hacer un gran esfuerzo para calmar a Aras aunque siendo sincero yo también estaba asustado.
—Cuando estén en el centro comercial los vigilaremos de cerca, de todas maneras ya compré unos silbatos para los dos y le explique a Josi como funciona.—seguía diciendo Aron.—todo va a salir bien hermano, los niños necesitan ir abriendo sus alas.
—Anelis es muy pequeña todavía.—refutó Aras.
—Hermano sé que tienes el síndrome de papitis a niveles extremos y más siendo padre primerizo, te entiendo yo pasé por eso....
—¿Pasaste cariño?— se escuchó la voz de Kira.—¿Quién se puso a llorar cuando le pusimos las vacunas a Josi aparte de Nico y tuve que comprarles un helado a los tres?
—¡Kira! ¡Eso es algo que no tenían que saber.—le reclamó Aron.
—¿Vacunas?—preguntó Aras confundido.
—....Si animal, los niños se enferman más rápido que los adultos porque su cuerpo está desarrollando sus defensas, pero necesitan vacunas para que en caso de que les dé una enfermedad no sea tan peligroso.—se quejó Aron.—Esa estupidez de que las vacunas dan autismo es una soberana estupidez, dile a Marcos que entre los trámites de nacionalidad para Anelis necesita una cartilla con todas sus vacunas, cuando puedan llévenla a pediatría para que la saque y de paso le pongan las vacunas que le falten.—anoté eso en mi teléfono.—volviendo al tema, Anelis y Josei estarán juntos mientras los vigilamos a cierta distancia, así estarán a salvo, tendrán más confianza en sí mismos y serán más responsables, así que deja de ser tan sobreprotector con mi sobrina y ya déjala salir de la mansión.
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El Príncipe y el Esclavo
RomantikMarcos es secuestrado y vendido como esclavo, su dueño es el cuarto hijo del Rey, el príncipe Aras y a partir de ese momento comienza su vida como un juguete sexual, o al menos eso piensa él. Ya que termina enamorándose de ese estilo de vida y del...