Capítulo 18 - ¡Me voy a volver loco!

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POV Christopher

¡Dane está loca... loca de remate!

¿A dónde se fue la chica linda de la que me enamoré?

— ¡Hey, loco! ¿En qué tanto piensas?—pregunta Erick entrando en la habitación.

No respondo y simplemente sigo vistiéndome mientras me miro al espejo con el ceño fruncido. Definitivamente aún seguía enojado con Dane.

— ¿No vas a responderme?

—Estoy de apuro, loco—respondo y finalmente me pongo una gorra.—Tengo esa estúpida entrevista en una hora... no estoy de ánimos.

— ¿Problemas en el paraíso?—pregunta con ironía.

Me tiro a la cama y cierro los ojos para tratar de pensar. 

¿En que se supone que estaba pensando Dane para hacer algo así? Ella fue quien me beso, por ese instante tan hermoso pensé que todo estaba arreglado y casi moría de la felicidad. Pero no, Dane tenía simplemente las intensiones de estar conmigo y luego hacer como si nada.

¿Acaso dejó de amarme?

¿Estará comenzando a tener sentimientos por Johann?

— ¡Me voy a volver loco!—digo irritado y me tapo la cara con una de las almohadas. Siento un ligero peso encima de ésta y me desespero un poco hasta que logro separarla de mi rostro.—¿Qué haces, loco? ¿Quieres matarme?

—Pensé que era eso lo que intentabas hacer—menciona riendo y se pone de pie.—Suerte en tu cita—dice gracioso y sale de la habitación mientras intento darle con la almohada en la cabeza.

Me pongo de pie, me miro una última vez para acomodar mi cabello y gorra para finalmente salir. El auto debería estar aquí en unos cinco minutos para llevarnos a Dane y a mi al set de grabación... creo que antes tendría que hablar con ella de algunas cosas.

Camino hasta la puerta de la habitación en la que se encuentra y golpeo despacio. Lo hago de nuevo al notar que no abre. 

— Lo siento, estoy arreglándome aún—dice abriendo y dejando la puerta así al parecer para que entre. Lo hago y camino hasta donde se encuentra ella. Está frente al espejo terminando de arreglarse mientras intenta subir el cierre de su vestido, que por cosas de la vida es rojo y tengo que admitir que se ve hermosa.

Me acerco y sin decir nada la ayudo. Me mira por el espejo y noto que se sonroja.

— ¿Alguna joya en especial para la ocasión?—pregunto casual y ella asiente sin decir nada. Pone en mi mano una bonita cadena bañada en oro y sonrío. Por un momento llegue a pensar que me daría la que le obsequio Johann, pero en cambio fue la que le obsequió su mamá y hermano hace poco tiempo atrás cuando estuvo por última vez en Ecuador. —¿Los extrañas mucho?—pregunto aún conociendo la respuesta y le hago a un lado el cabello para ponerle el collar.

—Realmente sí, ahora mismo debería estar con ellos—dice taciturna y sin mirarme por el reflejo del espejo. Nuestras miradas se cruzan y le dedico una sonrisa. ¿En dónde quedó mi enojo?

—Lo siento por ello... y estás hermosa—digo fascinado y sin dejar de ver su reflejo en el espejo. Ella no dice nada y simplemente se mueve a un lado para luego encerrarse en el baño.

Minutos después sale, toma su bolso y camina hasta la puerta. Apenas me percato que he pasado todos esos minutos frente al espejo recordando su mirada sobre la mía.

—El auto está esperando por nosotros—dice tranquila.

Asiento y camino hasta ella, pido su mano y ella me la da segundos después de mirarme con pesadez. 

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