MIS DÍAS CONTIGO | FANFIC

Capítulo 39 - ¿Puedo quedarme esta noche?

No podía negarlo, moría de la rabia de solo pensar en cualquier tontería que quizá Christopher y los chicos harían a mis espaldas.

¿Y si iban a encontrarse con algunas chicas?

Que Zab, Rich, Joey y Erick lo hagan no me afectaba, es más, creo que sería lindo que se enamoren también. Pero con Christopher la cosa era diferente, se supone que el tonto está intentando "conquistarme", así que pensar en eso me mataba de los celos.

— ¿Dane? —pregunta Nir llamando mi atención.

— ¿eh, sí?

— ¿No estás prestando atención a lo que te decimos? Es la cuarta vez que lo repetimos.

—Lo siento, es que tengo un poco de dolor de cabeza y no puedo concentrarme del todo —miento y él asiente comprendiendo.

—Está bien, cariño... Tratemos de culminar lo antes posible para que puedas ir a descansar.

—Gracias —digo un poco avergonzada por la mentira pero aliviada a la vez.

Siguieron hablando sobre varias cosas como contratos, nueva música y más giras. Escuchaba tratando de poner toda mi atención y sin desviar mi mente hacia mi loca imaginación.

<< ¿Y si está ahora mismo con una rubia súper hermosa? >>

¿Acaso disfrutas con verme sufrir?

<< Sólo pienso en posibilidades >>

Pues no ayudas mucho, así que mejor cállate.

— ¿Estás de acuerdo en eso Dane? —inquiere uno de los productores y no sé que responder porque simplemente me perdí a mitad de conversación aunque traté de no hacerlo.

Todo esto es tu culpa, pinche cerebro parlanchín.

<< Yo no sé nada >>

—Eh, sí, creo que estoy de acuerdo —digo insegura.

—Perfecto, entonces podemos dar por concluida la reunión —dice sonriendo y no sé si eso es bueno o es malo. En todo caso, ya hablaría con Nir luego.

—Claro, fue un gusto negociar con ustedes —menciono con cortesía mientras le doy la mano en despedida a cada uno de los presentes.

Salimos de la sala de juntas y me despido de Nir lo más rápido que puedo. Ahora era cierto que mi cabeza estaba a punto de explotar por pensar en tantas estupideces y no quería saber de nada ni de nadie.

Conduzco hasta mi casa y me veo tentada en muchas ocasiones a ir a casa de los chicos y cerciorarme de si Christopher no estaba con alguna rubia sensual tratando de ser me infiel.

<< Pero si ni siquiera son novios >>

¡Mierda! Esa es la parte que más odio.

No tengo ni idea de lo que Christopher y yo somos ahora, pero sé perfectamente que no debe atreverse a hacer algo indebido o lo lamentará.

Llego a casa y dejo aparcado el auto afuera. Busco mi llave de repuesto en el bolso para abrir la puerta mientras intento recordar dónde deje las originales. Definitivamente soy una despistada.

Me asusto al notar que la puerta está sin seguro y todo está totalmente obscuro dentro. Yo jamás dejo la casa así y estaba pensando en lo peor. Entro con todo el cuidado y susto del mundo a la casa y me acerco al interruptor más cercano para poder encender la luz. Cuando lo hago no puedo creer lo que estoy viendo y simplemente me dan ganas de llorar.