Capítulo 8

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Tamara

Los globos, guirnaldas y demás estaban invadiendo la habitación y era todo colorido, tanto que me hacía sentir en una fiesta hippie. Mamá Gretchel en un vestido bastante colorido, abriendo la puerta para mí fue como mi primera señal. La música era un mix de canciones infantiles que no podía creer que fuera legal. Al menos, es mejor que las ardillas.

—Tammy, amor, Aspen está arriba.— dijo mamá Gretchel, dándome un abrazo. Los decorativos debían ser mi tarea pero el turno en la clínica de fertilidad había sido justo hoy, por lo que tuve que pasar por allí antes de venir.

—Gracias, mamá, han hecho un estupendo trabajo aquí.— dije, cerrando detrás de mí mientras veía a mi alrededor una vez más. Ella dijo algo como Fue todo gracias a ti, caminando hacia la cocina y yo me dirigí hacia las escaleras.

Aún no podía creerlo. No sólo que Cameron ya cumpliera un año, sino que todo estaba en marcha. Mi vida, la de Jus y Chad, la del bebé. Sólo horas atrás había estado en la clínica y una muestra había sido insertada en mí. No sabía de quién había sido la muestra, algo de lo que ni Jus ni Chad querían enterarse, querían dejárselo al destino, pero esa semilla ya estaba por echar raíces en mi interior.

—Toc toc,— dije golpeando la puerta abierta de la habitación de Cameron. Las paredes tenían un cálido rosa pastel, con conejitos dibujados y cuadros con fotografías colgados en ellas. Aspen estaba sentada en el suelo, en la "Zona de juego" de Cam, un rincón acolchonado, con decenas de juguetes para que Cam jugara allí.— ¿Dónde está la chica del cumpleaños?

—Tam, que bueno que llegas.— dijo mi amiga, acabando de arreglar el cabello de su hija, quien estaba sentada en sus piernas.— Mira Cam, saluda a la tía Tamara.

Cameron comenzó a balbucear alrededor de su chupete y Aspen le dio la mano hasta que ella estuvo sobre sus pies. Entonces, ella dio un paso pequeño hacia mí, y luego otro, hasta que finalmente se soltó de Aspen y estaba dando temblorosos pasos hacia mí por sí sola.

—¡Oh dios mío! ¡Está caminando! ¡Está caminando sola!— grité, poniéndome de rodillas para estar más cerca por si Cam me necesitara. Aspen rió, las pequeñas arruguitas felices formándose en las esquinas de sus ojos. Ella no había perdido una pizca de la mujer que era cuando la conocí, sólo había conseguido una calidez que se conseguía siendo madre.

—Lo sé, es una niña llena de sorpresas.— dijo con alegría, mientras que su niña llegaba a mí y me permitía alzarla en mis brazos.— Hace dos semanas la dejé en la cama y estaba buscando qué ponerme cuando Eric entró en la habitación y dijo: Jodida mierda, Sexy, nuestra bebé camina.— se puso de pie y le hizo una carita a su hija.— Así que, descubrí que tengo una niña muy lista.

—¿En serio? Vaya, esto es tan increíble.— murmuré, limpiando una tonta lágrima de mi rostro. Cameron me besó la mejilla y estiró sus brazos hacia su madre, por lo que se la di a Aspen.— ¿Sabes lo que te traje por tu cumpleaños, pedacito de alegría?

Saqué una tiara de mi bolso (uno de mis muchos regalos) y la alegría en el rostro de Cam fue inigualable mientras brincaba en brazos de Aspen.— Oh, es hermoso. ¿Por qué no le das un beso de "Gracias" a la tía Tam?

Cameron se extendió para darme un beso y yo puse la tiara sobre su cabello. Ella la tocó, me sonrió y me guiñó un ojo, antes de tomar el chupete en su boca una vez más. Quiero decir, en serio, ella me guiñó. Nah, estás loca.

—Aspen, ¿Ella...? ¿Acaba de guiñarme?— pregunté y Aspen soltó una carcajada que me confundió sólo más. Sí, yo estoy loca.

—Lo sé, Eric se lo enseñó.— dijo, sentándose en la Zona de Juego. Me señaló el sitio junto a ella y me senté allí, permitiendo que me rodeara con su brazo.— Te he extrañado tanto, Tam, tengo tanto que decirte.

Bésame y prométeme un para siempre (Sonríe y dí que me amas #2) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora