Capítulo 22

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Tamara

—Enciende el maldito televisor.— ordenó Chad desde el teléfono, su voz llena preocupación y temor.— En cualquier canal de noticias...

—¿Qué, por qué? ¿Qué pasa?— pregunté, arreglándomelas para encender la televisión con una mano mientras la otra frotaba mi vientre. En cuanto llegué al canal de noticias, un gran dolor se estableció en mi pecho.

«—...somos los primeros en la escena, donde el auto identificado como el de Aaron Brooklyn, fue encontrado en la esquina de la intersección hace varios minutos. La policía, bomberos y paramedicos se han estado moviendo para descubrir qué causó el accidente, y atender a las dos pequeñas niñas que viajaban allí. Ambas han sido identificadas como Cameron y Danielle Briggs, hijas del conocido cantante Eric Briggs y su esposa, Aspen, quien acaba de dar a luz a su segunda niña sólo hace unos días. El paradero de ella y de Aaron Brooklyn, es hasta ahora desconocido. Se estima que pueden haber sido víctimas de un secuestro, aunque a la policía desconoce el por qué dejaron a las pequeñas niñas en el auto. Afortunadamente, los miembros del vecindario las sacaron del vehículo en caso de alguna explosión.»

Salté de mi asiento, sintiendo un agudo dolor en mi vientre, en mi pecho, en todo mi ser. Aspen... Aaron... Las niñas.

—Por dios santo, ¿qué demonios sucedió?— pregunté al teléfono, viendo cómo el cartel de las noticias iluminaba el título "Aspen Briggs y Aaron Brooklyn desaparecidos." La gente estaba acumulándose en la escena y mis manos no dejaban de temblar mientras intentaba cambiar de canal, para ver si algo más se sabía.

Mis pensamientos se dirigieron a una persona a pesar de toda la situación.

Aaron. ¿Él estaría bien? Dios, yo no podría superar si no lo estaba. Sí, no hablábamos a menudo, nos peleabamos la mayoría de las veces, pero yo lo... quería. En mi vida, para follar, como amigo. Él me hacía reir, me calentaba la sangre. En realidad, no sabía qué era lo que me causaba tanto afecto por él, pero saber que no estaba en ningun sitio, hacía que mi cabeza girara y todo mi interior temblaba. No quería esto. Dios, no podía creerlo. No podía creer lo que ocurría. No quería que él no estuviera. 

¿Por qué notaba todo esto en este momento tan terrible?

—¿¡Por qué demonios está pasando esto!?— grité, sintiendo un escalofrío correr por mi espalda. Chad suspiró profundo desde el otro lado y oí el llanto de Justin a lo lejos.

—No lo sé, yo... Yo sólo espero que estén bien. Deberías ir por las niñas, yo... Ellas necesitarán que las cuiden y Eric...

Dios. Eric... ¿Cómo siquiera olvidé como se pondría? ¿Cómo siquiera podría olvidar a Eric? Si alguien estaba sufriendo aquí, más que nadie sería él.

—Tengo que moverme... Tengo que ir con Eric.— dije. Tomé mis cosas y salí hacia el elevador, en dirección al garage y a casa de Eric para demostrar mi apoyo.

Me subí al auto y me até el cinturón rápidamente, tan apresurada como podía, esperando llegar lo más pronto posible junto a las niñas y a Eric. Lo que no esperaba, claro está, era a la mujer dentro a mi auto, con una sonrisa aterradora y un cuchillo en dirección a mi vientre.

—Pero ¿qué tenemos aquí, Tamar? ¿Acaso iba a ser abuela y no me lo dijiste?— murmuró, sus ojos desenfocados con la insanidad. Respiré profundo, intentando cubrir mi vientre con mi mano pero ella movió su cuchillo hasta que cortó mi palma.— Será una lastima que no vivas lo suficiente como para conocerlo...

—Por favor, no...— murmuré, pero tan pronto como lo hice, su mano se movió y el cuchillo viajó hasta mi muslo, perforando profundamente.

La mujer que ya no reconocía en lo absoluto abrió la puerta del auto y salió de allí tan pronto como había aparecido, dejándome sangrante, adolorida y preocupada. Apenas capturé el teléfono y mis dedos marcaron el 911 cuando mi visión comenzó a nublarse.

911, ¿cual es su emergencia?— dijo la voz del otro lado y sólo logré decir... Ayuda... antes de que todo lo demás cayera en oscuridad.

Bésame y prométeme un para siempre (Sonríe y dí que me amas #2) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora