Capítulo 11

1.2K 95 2
                                    

Aaron

—Por favooooor...

Miré a esos ojos verdes y negué con la cabeza, alejando la mirada. Sus manos me tomaron los hombros y me inclinaron hacia ella. Así, nuestros ojos estuvieron a la misma altura y nuestras frentes se tocaban de la forma más inocente posible. Bueno, era la más inocente ya que ninguna otra chica había estado así de cerca de mí sin querer un beso.

—Estoy embarazada, y quiero que seas el padrino de bautizo del bebé.— dijo, rápidamente y mis ojos se abrieron en lo grande. Me alejé hasta que pude abrazarla contra mi pecho y la apreté contra mí un poco, balanceándome de un lado a otro con ella.

—¿En verdad? Felicidades, pequeña, lo sabía, sabía que lo estaba. Pero no es mío, ¿Verdad?— pregunté, medio en broma. Aspen se rió, apartándose de mí y negando con la cabeza.

—¿Cómo podría? Es a Eric a quien follo hasta exprimirlo, no a ti.— se burló de regreso y yo le enseñé mis palmas abiertas fingiendo una cara de asco.

—Demasiada información, Aspen, no quiero detalles de lo que haces en tu intimidad.— dije, lo que la hizo soltar una carcajada. En cuanto la miré de nuevo, ella estaba con su cara de cachorro nuevamente.— Aspen...

—Por favor, Aaron, por favor, ven a cenar con nosotros.— suplicó, pero solo agité mi cabeza de un lado a otro, con los brazos cruzados. Joder que esta mujer era insistente.— Por favor, las cosas con Tamara no pueden ponerse más raras, y sólo dejarán de serlo cuando ustedes decidan dejarlo ir.

—Aspen, quiero conservar los amigos que tenemos en común, ¿Sabes? Cada vez que estamos juntos en la misma habitación, hago alguna estupidez para hacer más problemas con ella, y luego las cosas se ponen incómodas entre los demás.

—Por favor, Aaron, ya conseguimos separar las cosas y mantener todas las amistades estables entre nosotros.— dijo y no puedo hacer más que poner los ojos en blanco, trayendome todos los recuerdos de regreso.

No había sido hace mucho que recordé que yo lo sabía todo sobre Aspen y ella lo sabía todo sobre mí. En el cumpleaños de Cameron, mientras revisaba algunas cosas en su ático (en donde yo estaba porque me ofrecí a ayudarla, para esquivar a Tamara), encontré su antiguo anuario escolar y me encontré a mí en él. Yo no era bastante distinto a lo que fui cuando joven, bueno quizás era un poco más gordito antes, la confianza que ahora tenía llegó después de visitar el gimnasio.

Y allí estaba ella, con sus dientes de metal. Así solía llamarla, ella era la novia de mi mejor amigo, así que también era mi amiga. Solía decirme Come-hot-dogs, y no por la forma ofensiva que se usaba ahora, para decir que alguien era gay o algo. Yo sólo era fanático de los perritos calientes. Cuando Patrick me la presentó, ella dijo, Hola, come-hot-dogs, y no tardé en decirle, Hola dientes de metal, por los brillantes aparatos de ortodoncia que usaba. Patrick era un año mayor que ella, y yo había reprobado un año, así que Aspen y yo compartíamos clases.

La verdad es que nos habíamos hecho mejores amigos luego del "Incidente" de fin de curso. Ese que hizo que las amistades que teníamos en común fueran apartadas cuando Patrick rompió con ella. Uno que marcó a Aspen para siempre, y nos unió, hasta que ella fue a la universidad y yo la dejé, mudándome para hacerme artista.

—Fue distinto esa vez, Aspen, quiero decir... Al menos rompiste lazos por completo con ese sujeto y no...— Aspen suspiró interrumpiéndome, dejándose caer contra la pared.

—Volvió cuando estaba acabando la universidad.— confesó, casi avergonzada. Sentí una vena en mi cuello hincharse, lo juro.

—¿Qué?— pregunté casi en total locura, sin una pizca de control pero los ojos atemorizados de Aspen me relajaron.

Bésame y prométeme un para siempre (Sonríe y dí que me amas #2) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora