Epílogo

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Eric

CUATRO MESES DESPUÉS

Me sumergí mejor en el sillón y eché un vistazo hacia las escaleras en busca de Aspen, pero al no verla, encendí la televisión. Los noticiarios, todos y cada uno de ellos, anunciaban la gran noticia: "Patrick Webber, el secuestrador del caso Briggs-Brooklyn, fue asesinado durante una redada policíaca."

Una onda de alivio me recorrió el cuerpo y un peso invisible sobre mis hombros se liberó al leer las palabras. Los detalles decían que luego de meses de haber intentado rastrearlo, la policía consiguió acorralarlo pero el malnacido no se había rendido, y lo habían asesinado durante un tiroteo. Gracias dios, agradecí mentalmente, y sentí que las cosas podría cambiar finalmente.

—¿Aún estás ahí? —dijo Aaron desde el otro lado del teléfono y lo aseguré mejor contra mi oído antes de responderle.

—Santa mierda, sí, aún estoy aquí. Ese hijo de puta... No lamento nada más que no haber podido matarlo con mis propias manos. —respondí al teléfono, intentando no elevar la voz. Aaron gruñó, como si me entendiera—. Es bueno que el maldito ya no esté con vida.

—Lo sé, siento que vamos a tener un tiempo tranquilo por ahora. —Me tranquilizó, y casi podía sentir la sonrisa en su rostro—. ¿Regresarán pronto, entonces?

—No lo sé, estar en medio de una cabaña en el bosque tiene sus ventajas. Como, poder comer, dormir y hacer el amor todo el día, ¿sabes? —Me burlé, lo que lo hizo reír entretenido.

Apenas me habían dado de alta en el hospital, tomé nuestras cosas, compré unos pasajes y llevé a mi familia tan lejos de nuestra ciudad como podía. Bueno, no tan lejos, sólo lo suficiente para que nadie se nos acercara por un tiempo. Con todo lo que habíamos atravesado, necesitábamos tiempo para pasar en familia y recuperar el tiempo perdido.

—Joder hombre, regresen de una vez. Extraño a mi pequeña demonio, ah y a Cameron y mi ahijada también. —bromeó y sólo sacudí la cabeza, intentando no elevar demasiado mi voz—. En serio, hombre, Cameron tiene que regresar. ¡Esa niña es una listilla! Y tiene mucho más que aprender antes de que comiencen a llegar sus primos.

Pensar en Aaron teniendo hijos me hizo pensar en mí y Aspen, haciendo más bebés, pero un ligero dolor me golpeó en el pecho cuando recordé que eso era imposible ahora. Estaba agradecida por mis hijas pero yo había deseado tanto con Aspen, mucho más y ahora... sólo estaba muy lejos de nuestro alcance.

—Oh, si fuera por ti ya tendrían la casa llena. Deberían dejar de coger como conejos.

—¿Por qué no te vas a la mierda? Deja de decir tantas locuras, Briggs.

Reí a carcajadas sin poder evitarlo y sacudí mi cabeza. —Hablando de conejos, ¿cómo están tus vecinos del piso inferior?

—¿Esos conejos? Creo que cada vez que Nolan los despierta, se ponen a coger. O, ya están cogiendo cuando Nolan los despierta. No lo sé. Tamara anoche fue por él y lo robó por un rato, ya sabes, para dejar que ellos descansaran. —dijo Aaron despreocupadamente y solté una buena carcajada. Era genial oír buenas noticias, ya que nos habíamos despegado un poco de los teléfonos en nuestro tiempo aquí.

—Se nota que Tam te pegó fuerte, ¿sabes algo de mis hermanas? —pregunté, cambiando de canales para ver por encima el resto de la información sobre la gran noticia.

—Bueno, la última vez que vi a Leti estaba durmiendo sobre mi sillón porque vino buscando a su gemela y sólo se durmió allí, y Lidia estuvo cotorreando horas y horas con Tamara para que pudieran hacer un boceto de su vestido de novia pero, Tammy está esperando que Aspen regrese para que la ayude. —explicó Aaron e hizo una larga pausa antes de agregar—. Quiero que seas mi jodido padrino, Eric.

Bésame y prométeme un para siempre (Sonríe y dí que me amas #2) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora