Capítulo 17

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Capítulo diecisiete
"Campeona"

La sala estaba llena de anticipación y emoción mientras los alumnos de Hogwarts y los invitados se acomodaban en sus asientos, esperando el comienzo del evento. El cáliz de fuego brillaba en el centro del escenario, rodeado por los directores de las tres escuelas.

El director Dippet se levantó y comenzó su discurso, aunque la mayoría de los presentes estaban impacientes por conocer el resultado del cáliz.

-La decisión del cáliz es inapelable -anunció Dippet con solemnidad, captando la atención de todos-. No se trata de una votación al azar; él elige a los más adecuados, inteligentes y preparados para enfrentar las pruebas que se avecinan. Y ahora... -hizo una pausa dramática antes de dirigir su mirada hacia el cáliz, seguido por la de todos los presentes.

Una llama azul brotó del cáliz y envolvió un papel casi reducido a cenizas. Con un movimiento cuidadoso, Dippet tomó el papel y lo examinó brevemente antes de anunciar al primer campeón.

-¡Gemma Delacour! -exclamó, provocando un estallido de aplausos y felicitaciones entre los alumnos de Beauxbatons. Gemma se puso de pie con una sonrisa radiante y avanzó hacia el frente del salón.

La directora de Beauxbatons la felicitó efusivamente y la abrazó antes de indicarle que se sentara junto a los representantes del Ministerio de Magia y Jordan Linghood, el futuro director de Hogwarts.

El cáliz emitió otro destello y expulsó un nuevo papel, que el director Armando recogió con cuidado. El murmullo de anticipación recorrió la sala mientras todos esperaban el siguiente anuncio.

Con voz resonante, el director anunció el segundo campeón:

-¡Eirik Magni! -La mesa de Durmstrang estalló en una mezcla de extraños ruidos y golpes de alegría. Eirik se puso de pie con confianza y levantó la mano en un gesto de saludo antes de dirigirse hacia el frente del salón. A medida que avanzaba, recibía miradas admirativas, especialmente de las Hufflepuffs, que suspiraban al verlo.

Mientras tanto, en Hogwarts, los alumnos estaban impacientes por conocer al tercer campeón. El cáliz brilló con una llama azul aún más intensa antes de expulsar un tercer papel.

Armando Dippet recibió el papel y lo examinó con atención, su expresión revelaba cierta tensión mientras leía lo que estaba escrito en él. El murmullo en la sala se intensificó, algunos alumnos se inclinaron hacia adelante con expectación, esperando escuchar el siguiente nombre.

El anuncio resonó en la sala con fuerza: - ¡Leah Linghood es nuestro tercer campeón! - Jordan Linghood, observando la escena desde su asiento, se llenó de preocupación al pensar en lo que podría enfrentar su hija.

Los aplausos y felicitaciones de los Slytherins llenaron el aire, pero una voz desafiante interrumpió la celebración:

- ¿Ella nos representará? - gritó una Gryffindor, cuestionando la elección.

Clous y Lydia se giraron para defender a su amiga:

- ¡Niña malcriada! - exclamó Lydia, mientras Clous continuaba: - Leah es mucho más que eso, no puedes juzgarla sin conocerla.

La disputa continuó cuando Lydia añadió con furia: - ¡Cierra tu boca, traidora a la sangre! Leah es superior en todos los aspectos.

La Gryffindor, en respuesta, rodó los ojos con desprecio y optó por ignorarlas.
Leah se sentía abrumada por la mezcla de emociones que la invadían en ese momento. A pesar de la alegría inicial al escuchar su nombre, ahora se encontraba nerviosa y preocupada por lo que le esperaba como campeona del torneo.

Mientras se acomodaba junto a Eirik y Gemma, recibió una sonrisa sincera del chico de Durmstrang, lo que le reconfortó un poco. Sin embargo, sus pensamientos estaban dominados por la incertidumbre sobre lo que vendría a continuación.

Las palabras de Armando, tratando de infundir ánimo en la multitud, apenas lograban calmar sus nervios. Sabía que estaba frente a un desafío que pondría a prueba todas sus habilidades y que no sería fácil salir victoriosa.

Aunque trataba de mantener la compostura frente a los demás, en su interior, Leah estaba llena de dudas y temores. Sin embargo, estaba decidida a enfrentar lo que sea que el destino le deparara como campeona del torneo.

(...)

Jordan ya estaba inmerso en pensamientos sombríos sobre los posibles peligros que acechaban a su hija en el torneo.

Mientras tanto, Newt, Lydia y Clous se esforzaban por infundir calma en Leah, quien estaba abrumada por la ansiedad al ser elegida. Desde su rincón en la sala común, Tom observaba la escena con un interés silencioso.

Newt tomó la iniciativa para tranquilizar a Leah: -No te preocupes, Leah. Tu padre está a cargo del torneo; seguramente está ideando formas de protegerte

- Ya escuchaste al director Dippet, "La decisión del cáliz es inapelable"- Ante la preocupación de Leah sobre la posibilidad de haber sido seleccionada, Clous intentó aliviar sus temores con un toque de humor imitando la voz del director Dippet. Sin embargo, su intento solo aumentó la incertidumbre de Leah.

Resignada, Leah aceptó su destino con determinación: -Tienen razón. Si el cáliz me eligió, debe haber una razón. No puedo cambiarlo-. Con estas palabras, se levantó del sofá y se retiró hacia su habitación, dejando a sus amigos con una mezcla de emociones y pensamientos inquietantes mientras ascendía por las escaleras.

The secret of Tom Riddle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora