Capítulo 52

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Capítulo cincuenta y dos
"Nagini"

La tarde se deslizaba suavemente mientras Leah y Weily se encontraban sumergidas en una conversación que fluctuaba entre recuerdos y confidencias personales. Sentadas en un rincón apartado de la cafetería de Hogsmeade, ambas disfrutaban de un breve respiro en la complicada vida de Hogwarts.

-¿Tienes amigos en Hogwarts? -preguntó Weily, inclinándose hacia adelante con un brillo de curiosidad en sus ojos.

-Los tenía... eran tres -respondió Leah, su voz teñida de nostalgia y una sombra de tristeza pasando fugazmente por su rostro.

-¿Tenías? ¿Es por lo de ese tal Magni? -inquirió Weily, recordando rumores que había escuchado.

-Cuando asesiné a Eirik todos dejaron de hablarme, saben que me temen... -La voz de Leah se quebró ligeramente, revelando el dolor que aún llevaba consigo.

-Tuviste tus razones, ibas a morir, era tu vida o la de él. Yo, si tuviera que elegir entre vivir o morir... entonces preferiría vivir. Es ridículo que no lo entiendan -Weily frunció el ceño, su tono de voz denotando disgusto ante la incomprensión de los demás.

-Pero dime... ¿No tuviste algún novio o algo? -Weily cambió de tema, tal vez intentando aligerar la conversación.

Leah tragó saliva, incómoda. A pesar de la confianza que sentía hacia Weily, la profundidad de su relación con Tom Riddle no era algo que pudiera compartirse fácilmente, especialmente después de todo lo que había sucedido.

-Es complicado -dijo finalmente, negando con la cabeza antes de esbozar una sonrisa forzada. -¿Qué tal tú?

-¿Respecto a los chicos? -Leah asintió con la cabeza, animándola a continuar. -Al único chico que veo es a mi hermanastro, y a mi padre en Navidad.

Ambas estallaron en risas, encontrando un momento de ligereza en medio de sus complicadas vidas. Reían con la facilidad que solo los viejos amigos podían compartir, un breve oasis de alegría en un mundo a menudo demasiado sombrío.

El tiempo pasó volando, y pronto Weily miró su reloj, recordando otros compromisos.

-Creo que tengo que irme, pero hemos de hacer esto más seguido, Leah -dijo, levantándose y ajustando su capa.

Leah asintió, sintiendo una mezcla de gratitud y tristeza al despedirse. La conversación había sido un recordatorio de lo que era tener una amiga con quien realmente se podía contar.

-Claro, Weily. Cuídate mucho -respondió Leah, viendo cómo su amiga se alejaba.

Quedándose sola, Leah reflexionó sobre las palabras de Weily. A pesar de los desafíos y la soledad que enfrentaba, ese breve encuentro le había recordado la importancia de la verdadera amistad y el valor de las segundas oportunidades. Quizás, después de todo, no estaba tan sola como pensaba.

(...)

El Expreso de Hogwarts se había puesto en marcha hacia el norte, atravesando paisajes que lentamente cambiaban del urbanismo londinense a las verdes colinas que bordeaban el camino hacia el castillo. En el tren, la atmósfera era una mezcla vibrante de emociones, con estudiantes emocionados por reencontrarse con amigos y otros nerviosos por el nuevo año escolar que se avecinaba.

Leah había optado por encontrar un lugar tranquilo en el tren, lejos de las miradas curiosas y los murmullos que parecían seguirla desde que se había hecho pública su acción contra Eirik. Encontró su refugio en un compartimento vacío, aliviada por la ausencia de otros estudiantes que pudieran complicar su deseo de soledad. Aunque aún no llevaba puesto su uniforme, lo tenía preparado para cambiarse más tarde, manteniendo un bajo perfil.

The secret of Tom Riddle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora