Historias de Hogwarts II: el Volumen

16. La historia de la mujer auror

"Comencé a formarme como auror un año después de que terminara mis estudios en Hogwarts. El abuelo de Megan, Robert Bennet, era por entonces uno de los aurores más influyentes del departamento. Más tarde con el ascenso de Robbins, Bennet consiguió convertirse en el Jefe del Departamento de Aurores. Por aquel entonces yo ya llevaba un par de años trabajando para el Ministerio.

Durante mi instrucción fue cuando intimé más con Jake y Vic. Ya los conocía de Hogwarts, pues yo también estuve en Gryffindor con ellos, pero nunca habíamos hablado más de lo que se suele hacer en clase. Tengo que reconocer que fue gracias a Jake que me empecé a fijar en Vic. Por lo que me contó, yo le gustaba de antes de que acabáramos el Colegio y consideraba que el que hubiéramos vuelto a coincidir en el Ministerio y justamente en el mismo Departamento, solo podía ser cosa del destino. Finalmente acabé aceptando salir con él y bueno, el resto ya lo podéis imaginar.

Al mismo tiempo que Vic y yo salíamos, Jake también tenía una novia. Se llamaba Charlotte Aglier y Jake estaba totalmente enamorado de ella. Sin embargo, Charlie -es así como la llamaba- estaba siempre triste. Era muy guapa y esbelta. Su pelo rubio, cubierto de tirabuzones, la hacían hermosa. Pero sus ojos, curiosamente de color diferente, estaban llenos de amargura; su sonrisa era cansada, estaba vacía.

Cuando acabamos la instrucción, Charlie desapareció. La única pista que nos dejó fue un mensaje en el que escribió que había ido a buscar a su hermana, Fabianne.

Fabianne, la gemela de Charlotte, era muy diferente a su hermana a pesar de todo. Había sido problemática en Hogwarts; tal es así que acabó por abandonar los estudios y escaparse de su casa.

Vic y yo intentamos animar a Jake. Él no hacía otra cosa que buscar a Charlie, tenía la esperanza de que apareciera, pero eso nunca pasó. Entonces fue cuando entró en depresión. Se encerró en su casa, solo salía para conseguir comida y recoger el correo, con la vaga esperanza de que Charlie se pusiera en contacto con él; pero tampoco eso.

Nosotros nos graduamos y entramos a trabajar de aurores para el Ministerio, Jake no.

Fue justo entonces cuando por el Ministerio apareció la figura del señor Gris. Nadie sabía de donde había salido aquel hombre. No conocían su origen, donde vivía, ni siquiera su nombre real; algo bastante inusual, ya que cada vez que nace un mago o bruja, el Ministerio registra su nombre. Pero a pesar de todo nunca se supo nada sobre la verdadera identidad de Gris, y él se encargó muy bien de mantenerla oculta, incluso cuando se dio a conocer al Ministerio.

Yo nunca asistí a reuniones importantes en el Ministerio, pero sé por mi marido -que en seguida hizo muy buenas migas con Robert Bennet- que Gris se reunía muy a menudo con el que era el Primer Ministro por entonces, Dominick Hayes.

Por lo que Vic me contaba, Gris quería cambiar por completo el Ministerio. Tenía unas ideas muy radicales y él quería ser uno de los impulsores para "mejorar" el gobierno mágico inglés. Una de sus propuestas, -precisamente a la que le dio más insistencia sin lugar a dudas- fue la de cambiar Hogwarts. Quería anular el sistema de las casas y juntar a todos los alumnos en una sola: que todos convivieran juntos, que no se impusieran diferencias entre ellos.

El señor Hayes se vio muy presionado por el resto de funcionarios del Ministerio, casi todos se habían educado siguiendo el sistema de las casas de Hogwarts y no pensaban que fuera necesario cambiarlo. Así, Hayes denegó las propuestas de Gris.

Por aquel entonces, Gris había conseguido reunir un grupo de seguidores. Se hacían llamar la Resistencia. El señor Gris comenzó a aparecer acompañado de algunos de ellos. Vic y yo nos sorprendimos mucho cuando descubrimos que el segundo de mando de Gris era Fabianne Aglier. La hermana de Charlotte había regresado, y sin embargo ella todavía seguía desaparecida. Temimos por la reacción de Jake si llegaba a descubrirlo, pero nunca supimos cual fue, pues permaneció encerrado en su casa, sin querer ver a nadie.