El sol no había salido del todo todavía y había muy poca luz en Hogwarts. De todas formas, al grupo de chicos que en esos momentos corrían por sus pasillos, no les hacía falta demasiada luz para guiarse. Seguían a una chica menuda que conocía bien el camino.
- Es aquí. – dijo señalando una pared. – Estoy segura, es aquí.
- Pero no hay ninguna puerta. – dijo uno de sus compañeros.
- Aquí fue donde empezaste a gritar...
- El que no haya una puerta no significa nada. – una chica con la melena rubia se abrió paso entre el grupo de chicos hasta situarse junto a la chica menuda que los había guiado. - ¡Revelio!
De pronto una pequeña puerta bastante maltrecha se dibujó frente a las dos chicas.
- Di algo. – le espetó la rubia a la que les había guiado.
- Abbrrrreettteeee.
Aunque todos escucharon unos siseos parecidos a los que producían las serpientes, la puerta maltrecha se abrió lentamente, permitiendo la entrada del grupo a lo que parecían unos baños de chica muy viejos y estropeados. Los espejos estaban tan sucios que uno no podía verse reflejado bien en ellos y muchas de las puertas de los retretes se encontraban sacadas de sus quicios.
- No sabía que aquí hubiera unos baños de chica. – comentó una de las muchachas.
- Está claro que nadie lo sabía. – le respondió otra con cierta hosco.
La muchacha que los había estado guiando se colocó frente a los grifos, que en otro tiempo debieron de tener un bonito color cobrizo (ahora estaban azules y oxidados). Una diminuta serpiente estaba grabada en el lado de uno de estos grifos.
- Blake está detrás de eso. – dijo.
Esta vez no hizo falta que Mina le dijera nada, Sam sabía perfectamente que es lo que tenía que hacer. El resto de los chicos de la Décima se colocaron alrededor de la chica, esperando a que hablara en pársel, la lengua de las serpientes.
De repente el grifo brilló con una luz blanca y comenzó a girar. El lavabo se hundió, haciendo que el grupo se tuviera que desplazar hacia atrás. Había desaparecido, dejando a la vista una tubería grande, lo bastante ancha como para que una persona pudiera entrar en ella.
***
Estaba oscuro, no se veía nada y hacía frío, mucho frío.
- ¡Lumos! – dijo alguien del grupo. Adela se giró y se dio cuenta de que había sido Lucas. Will le imitó y después, todos encendieron su varita. Ella fue la última.
La caída no había sido dolorosa. En realidad, a Adela le había recordado al tobogán que se escondía tras la Estatua de la Bruja Tuerta, aquel que meses atrás le había llevado directamente a Hogsmeade. De nuevo se encontraba en un túnel, con Megan y Alice a ambos lados, solo que en aquella ocasión no iban solas, la Décima estaba con ellas.
No era en un túnel exactamente, al menos no uno de roca y musgo como el que llevaba a Hogsmeade. Las paredes parecían de metal cubierto, frías y húmedas, bastante oxidadas. Además, el suelo estaba encharcado, a cada paso que Adela daba los zapatos se le calaban más y más. La sensación no era agradable.
- ¿Estáis todos bien? – preguntó Alice. Ya no temblaba, aunque Adela sabía que estaba asustada.
- Solo un poco mojados. – comentó Ian mientras se quitaba un zapato y lo vaciaba.
- ¿Y ahora qué? – preguntó Mina. Se abrazaba los brazos mientras miraba a Alice directamente a los ojos.
- Debemos de buscar a Blake. – señaló hacia delante. Tres túneles oscuros se extendían hacia donde Alice indicaba. – Tiene que estar tras alguno de ellos.
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Historias de Hogwarts II: el Volumen
FanfictionEl profesor Jake Blake de Alquimia ha desaparecido y Alice, Adela y Megan continúan investigando más acerca del Proyecto Décima y la mujer de pelo rojo, que ahora sabemos que se llama Fabianne Aglier. La Décima se unirá como nunca antes lo había he...