31. La historia de Tim

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Como todos dedujeron, no cayó ni un solo copo de nieve durante aquellas Navidades. Hogwarts estaba tal y como los alumnos lo habían dejado: el césped verde, los árboles pelados y los torreones limpios y secos como si todavía siguiera siendo otoño. En el interior, todos habían vuelto a la rutina con rapidez, parecía que no habían tenido lugar las vacaciones.

Tim, dando vueltas junto a los barriles que se encontraban cerca de las cocinas, esperaba a alguien. Se detuvo en seco al encontrarse con la persona que menos esperaba ver allí.

- Hola. – le saludó Megan con las manos tras la espalda. - ¿Qué tal las Navidades?

- Bien, gracias. – respondió Tim algo desconcertado, ¿qué hacía Megan en la entrada de la sala común de Hufflepuff?

- Mmmm... ¿qué haces aquí? – preguntó la chica transcurridos unos segundos.

- Espero a una amiga a la que estoy ayudando con Aritmancia. – dijo él con sinceridad. - ¿Y tú?

- También estoy esperando a una amiga. – respondió tratando de parecer agradable.

Se produjo otro silencio incómodo en el que los barriles siguieron sin moverse.

- ¿Qué tal con el libro? – se atrevió a preguntar. Megan miró uno de sus pies con el que había empezado a hacer círculos. - ¿Descubriste algo nuevo?

- Que va. – Quizás fueran imaginaciones de Tim, pero la chica parecía haberse puesto algo nerviosa. Tim recordó la conversación que había tenido con su hermana durante la cena de Navidad.

- Pues mi hermana dijo algo muy raro sobre el libro. – confesó. Megan se puso muy tiesa y dejó de jugar con sus pies. – Cuando le conté lo que me estuviste contando sobre el sistema de casas, se puso muy nerviosa y me preguntó si tú y Aglier erais amigas.

- ¿De Aglier? Ni mucho menos... - Tim le miró con la cabeza ladeada. – Quiero decir... soy tan amiga de Aglier como de cualquier otro profesor.

- Pero... ¿por qué mi hermana relacionaría a Aglier con el libro? ¿Tú sabes algo?

- No sé, no sé, ¡Oh, mira! – de pronto, junto a los barriles aparecieron tres chicas con los uniformes de Hufflepuff. Megan se acercó corriendo al grupo. – Por fin apareces, tengo que contarte una cosa.

Alice la miró sorprendida. Dina le dio un codazo cuando Key se acercó a saludar a Tim, pero Megan hizo que fijara su atención en ella.

- Es sobre lo-que-tu-ya-sabes. – le dijo en voz baja.

Alice cerró los ojos y respiró hondo. Por suerte, Dina no estaba prestándole atención a Megan, desde lejos intentaba escuchar lo que Key y Tim se decían.

- Le dije a Adela que no quería saber nada más sobre eso. No me esperaba que ahora fueras tú a insistirme sobre el tema. – le dijo en tono cansado.

- Es importante.

- ¿Por qué no se lo cuentas a Adela? Seguro que ella sí que muestra interés...

- Alice, tienes que escucharme. Tengo una pista que es bastante valiosa y podría significar...

- Mira Megan. – le interrumpió agarrándola de los hombros. – De verdad que no quiero saber nada del asunto. Ese ya no es mi problema.

- Pero...

- Voy a llegar tarde a la primera clase de Herbología del trimestre. Si me disculpas. – Alice le miró con cierta tristeza antes de darle la espalda. Luego avanzó con Dina hacia donde se encontraba Key.

Historias de Hogwarts II: el VolumenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora