Megan bajaba hacia las Mazmorras con una enorme sonrisa dibujada en el rostro. Incluso dio unos saltitos alegres antes de acercarse al muro de piedra que conectaba Hogwarts con la sala común Slytherin. Le dio un par de golpes con la escoba, todavía sumergida en su baile, mientras decía la contraseña secreta.
En la sala común había más gente de la que imaginaba, así que Megan -sin dejar de sonreír- pasó a guardar un poco de compostura. Sin quitarse la equipación de quidditch y tras dejar la escoba cómodamente colocada contra la chimenea, se sentó triunfalmente en su sillón preferido.
- ¿Te han cogido? – preguntó Sam que acababa de salir de los dormitorios. Al ver la expresión de felicidad de su amiga, alzó los brazos mientras se situaba en el centro- ¡Honorables miembros de la Casa Slytherin! ¡Os presento a la nueva buscadora!
Megan saludó desde su asiento como si fuera la Primer Ministro de Magia y algunos -sobre todo los más jóvenes- aplaudieron con emoción.
Las pruebas habían sido fáciles, mucho más que las que tuvo que pasar el año anterior. Antes incluso de que pisara el campo, el capitán Plinton ya le había dicho que lo más probable es que fuera la nueva buscadora. Efectivamente, después de lucirse un poco más de la cuenta con la escoba, obtuvo su ansiado puesto en el equipo. Además, recibió varias felicitaciones de los nuevos miembros del equipo -un cazador que la sustituía a ella y una chica guardián- sobre su rapidez y agudeza con la escoba.
- ¿Dónde está Ian? – preguntó Megan de pronto. Se puso de pie y buscó entre un grupo de chicos que acababan de entrar.
- Justo aquí. – dijo tocándole el hombro. – Ya me lo ha dicho Plinton, dice que te has lucido bastante y que...
Megan abrazó a Ian con fuerza, sorprendiéndolo gratamente. Su amiga no solía mostrarse así de cariñosa con nadie, de hecho, Ian podía contar con los dedos de una mano las escasas veces que Megan le había abrazado.
- ¡Gracias, gracias, gracias! – dijo después de soltarlo ¡Incluso le dio un rápido beso en la mejilla! – No me hubieran dado el puesto si tu no hubieras abandonado y sé que lo hiciste por mí. ¡Gracias!
- ¡Pero bueno! – le dijo Ian tocándose donde había recibido el beso. – Para la próxima vez haz el favor de avisarme cuando vayas a ponerte así de cariñosa conmigo. Uno no está acostumbrado.
Megan recogió la escoba y se marchó a su dormitorio para cambiarse. Tenía que ir a buscar a Danny para contárselo.
Últimamente todo le estaba saliendo perfecto.
****
El patio de la Torre del Reloj era un claustro que se encontraba en la base de la torre que le daba nombre. Era una de las partes más antiguas del Castillo, cuyos techos y paredes se encontraban en ruinas. Algunos decían que aquella era la única parte del Castillo que se dejó sin restaurar tras la Batalla de Hogwarts, para concienciar sobre el desastre de la guerra a los futuros alumnos.
Situado encima de una colina, el patio conectaba directamente con el tercer piso. En el centro había una antigua fuente rodeada de estatuas de águilas. Adela y Zoe, acompañadas de Alice, esperaban allí apoyadas.
Alice nunca había tratado con Zoe Taylor directamente. Todo lo que había oído y conocido de ella y Melinda Breker se lo había contado Adela.
- Me han hablado muy bien de ti. – dijo Zoe con una amplia sonrisa mientras se apartaba un mechón de pelo tras de la oreja. Alice siempre había sentido una gran admiración por el cuidado cabello de Keylie, totalmente liso y recto. Sin embargo, el largo pelo de Zoe, tan sano que brillaba e igual de negro que una noche sin luna, le hacía sentir verdadera envidia.
ESTÁS LEYENDO
Historias de Hogwarts II: el Volumen
FanfictionEl profesor Jake Blake de Alquimia ha desaparecido y Alice, Adela y Megan continúan investigando más acerca del Proyecto Décima y la mujer de pelo rojo, que ahora sabemos que se llama Fabianne Aglier. La Décima se unirá como nunca antes lo había he...