25. "Hoy es el día"

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Las clases de Alquimia se habían vuelto muy aburridas con Fabianne Aglier. La nueva profesora solo quería que trabajaran sus patronus hasta que fueran capaces de controlarlos sin dirigirlos con la varita. No había explicado nada más y para colmo, cuando sus alumnos le habían preguntado si les podía enseñar otras cosas, Aglier había sido desagradable con su respuesta y terminado la clase antes de tiempo. A la nueva profesora no le gustaba que cuestionaran sus métodos de trabajo.

De momento, el único que había conseguido el control total de su patronus era Danny, que ya sabía hacerlo antes de que llegara Aglier.

- ¿Cómo diablos lo haces? – le preguntó una vez Mina.

Nunca antes se había enfrentado a un hechizo que no fuera capaz de realizar a la perfección y todo aquello le estaba causando una especie de trastorno. Siempre acababa las clases con los ojos enrojecidos y muy abiertos, la túnica llena de barro (su patronus era de tierra) y el cabello despeinado. Además, de vez en cuando le salía un tic que hacía que el labio superior se le moviera. La Mina hermosa y perfecta que todos conocían parecía haber sido sustituida por otra Mina histérica y nerviosa.

- Creer para hacer. – decía Aglier desde su escritorio. – Es la clave para conseguir cualquier cosa en la magia. - Pero ninguno de sus alumnos parecía comprender ese mensaje.

- Podría ser más explícita. – se quejaba Mina. – Hacer demostraciones o algo que pudiera ayudarnos más.

Pero como siempre, las quejas no le sirvieron de nada. Mina y el resto no eran capaces de controlar el patronus sin dirigirlo con sus varitas.

***

Ya habían transcurrido varias semanas desde la llegada de Fabianne Aglier a Hogwarts y diciembre estaba bastante cerca. Las clases de Alquimia no habían variado en absoluto y todos los miembros de la Décima, incluso Adela, habían empezado a aborrecer las clases. Sólo Danny y Megan parecían salir satisfechos de las clases.

- Son lo más aburrido de la semana. – dijo una vez hubo cruzado las puertas de roble. Alice suspiró como respuesta, ya que también pensaba lo mismo. Juntas se situaron en el centro de la sala mientras sacaban sus varitas como el resto de los alumnos. Aglier todavía no había llegado. – Si Blake estuviera aquí...

- Hoy es el día. – declaró Mina situándose cerca de Alice. Se arremangó las mangas de la túnica y sacó su varita con parsimonia. Estaba más tranquila de lo normal para tratarse de una clase de Alquimia. – Lo voy a conseguir. Ya ha pasado un mes. Hoy es el día. – repitió.

Alice observó que toda aquella serenidad era pura apariencia, pues de nuevo apareció el tic en el labio. Intercambió una mirada de preocupación con Adela, que no advirtió el gesto.

- Mina, deberías tomarte las clases de otro modo... - comenzó a decir Alice buscando el apoyo de Adela, pero su amiga había empezado a hablar con Lucas y Will, ignorando la situación. – No eres la única a la que no le...

- No lo digas. – le dijo Mina sin apartar la vista de su varita, y con una sonrisa muy forzada. Alice se alejó un poco. Aquello era demasiado raro.

- Esto es de locos... - susurró mientras se acercaba a Marshall, que como en cada clase, intentaba hacer que su elefante de agua caminara sin su control directo.

- Lo mejor es dejarla sola, – le dijo – de lo contrario se estresará más.

- ¡Vale! – exclamó Aglier dando una palmada. Como siempre, la profesora se había situado frente al escritorio, con Danny y Megan a ambos lados. – Ya sabeís lo que tenéis que hacer. Espero que hoy consigáis algo. Por Merlín, llevamos casi un mes y todavía nada de nada. Tenía más expectativas de esta clase.

Historias de Hogwarts II: el VolumenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora