9. La historia de la mujer de pelo rojo

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"Fue hace dieciocho años cuando acabé mis estudios en Hogwarts y desde entonces no he vuelto a pisar el Colegio. En un principio quise instruirme como auror, pero por motivos familiares... y sobre todo personales, no pude. Mis padres nunca tuvieron demasiado paciencia conmigo, yo era la oveja negra de mi familia, no tenía nada que ver con ellos. Sin embargo, mi hermana... Charlotte. Con sus tirabuzones rubios y su mágica sonrisa, ¿quién no podría amarla? Ella si era el orgullo de mi familia.

Ya saben cómo son los Aglier. Una familia casta y pura, de valientes, de orgullosos. Cuando mi hermana gemela y yo entramos en Hogwarts, ambas fuimos separadas. Ella fue enviada a la casa de Gryffindor, como cabría de esperar, y yo para mayor deshonra de mi familia, fui asignada en la casa de Slytherin. La "casa de los malvados", como diría mi padre. Pero a pesar de todo, como me he sentido de a gusto en Slytherin no he estado nunca. Hice buenos amigos, compañeros que a día de hoy recuerdo con mucho cariño. Nunca sentí que fueran malvados, como decían en la casa de mis padres, ni deshonestos, ni ruines. Era mi verdadera familia.

Más tarde conocí a Jake Blake. Era el mejor amigo de mi hermana Charlotte. Me lo presentó, era todo un encanto, y apuesto, muy apuesto. Sin embargo, él bebía los vientos por mi hermana, su amor era una obviedad. Y yo, aun así, como una idiota también me enamoré de él.

Nos hicimos muy buenos amigos, planeábamos excursiones a Hogsmeade, pasábamos mucho tiempo libre juntos... pero las cosas se complicaron por mi pertenencia a la casa de Slytherin. Sus amigos de Gryffindor comenzaron a meterse conmigo. Al principio eran bromas, luego los comentarios pasaron a ser más maliciosos, hasta que un día uno de los chicos se enfrentó conmigo directamente. Me hubiera hecho mucho daño si uno de mis colegas de Slytherin no me hubiera ayudado. Al final, los dos fueron expulsados de Hogwarts; y aunque Blake lo negará después, yo sé que eso nunca me lo perdonó. Desde entonces nuestra amistad se enfrió. Se acabaron las salidas a Hogsmeade, los buenos ratos que pasamos juntos... Además, estaban esos chicos de Gryffindor. No pude soportarlo más y dejé Hogwarts.

Intenté volver a mi casa, pero mis padres no me dieron oportunidad de explicarme. Mi padre me dijo que era mala, que honraba a la casa de Slytherin con mi comportamiento y que no quería a una hija así. Prácticamente me echó de casa.

Yo no supe a donde ir. El autobús noctámbulo fue mi hogar durante mucho tiempo. Viajé por toda Inglaterra buscando un lugar donde encajar. Sabía que si intentaba ponerme en contacto con mis amigos de Slytherin ellos me abrirían las puertas de sus casas, pero yo no quería ser un lastre para ellos. Fue entonces cuando conocía a Gris.

Estaba en Londres, un día de Navidad, en el puente de Westminster. Había empezado a nevar en la ciudad y yo buscaba un lugar donde poder pasar la noche. Gris se presentó ante mí.

Me dijo que me había estado observando desde hacía mucho tiempo, que sabía perfectamente quién era, conocía a mis padres, a los Aglier. Me llevó a su casa, donde vivía solo. Allí me explicó cuáles eran sus planes.

- Sé que has sufrido, Fabianne. – me dijo. – Yo también. Me han humillado, me han menospreciado y se han negado a tratarme por ser quien soy. Y todo por culpa de Hogwarts y su sistema de casas.

Él era como yo, durante sus años en Hogwarts le habían hecho pasar por lo mismo que a mí, solo que él perteneció a la casa de Ravenclaw.

Un grupo de chicos de Gryffindor se había estado aprovechando de él y su condición. Lo habían seleccionado por pertenecer a Ravenclaw para que le hicieran las tareas y si por algún casual se negaba a hacerlo le humillaban o le hacían daño. Uno de ellos incluso le hizo tomar una poción multijugos para que se hiciera pasar por él durante un examen y sacara la máxima nota. Gris perdió la oportunidad de presentarse a su propio examen y suspendió por su culpa. Además, si no conseguía sacar la máxima nota, las consecuencias serían graves. Gris intentó decírselo a los profesores, pero no le creyeron ¿cómo iba un miembro de Gryffindor a hacer aquello? En la casa de Gryffindor estaban los justos y honrados, no los tramposos y ruines, para eso ya estaba la gente como yo, de Slytherin...

Historias de Hogwarts II: el VolumenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora