27. Resfriados

20 10 2
                                    

Megan no encontraba a Danny por ninguna parte.

Se había topado con Tim Robbins cuando pasó frente la Biblioteca y este le había explicado que no lo había visto desde hacía al menos dos horas. También le dijo que había ido a buscar un manual a su habitación, y que lo más seguro es que se hubiera quedado allí estudiando. Danny prefería su habitación a cualquier otro sitio de Hogwarts para estudiar. Megan le pidió que lo avisara si lo veía en su habitación, ella estaría esperándole en el patio de las columnas.

En realidad, hacía mucho tiempo que no quedaba a solas con él. Desde que había discutido con su abuelo no se había encontrado los ánimos suficientes como para tener un encuentro con él, que se suponía que era su novio, -todavía no lo había hecho público y además nunca habían hablado sobre qué es lo que "eran."- Megan sacudió la cabeza, no era por eso por lo que quería ver a Danny. Ya tendrían más tiempo para ese tema.

Primero quería hablarle del libro.

Sabía que Danny era un gran amante de la lectura, y que también escribía. Nunca se lo había dicho directamente, pero ella lo había visto escribir en un pequeño cuaderno celeste (al estilo muggle), durante las clases de Alquimia. Incluso en el Gran Comedor, a veces apartaba los platos y cubiertos para escribir en su cuaderno celeste. Megan estaba segura de que se trataba de una historia que estaba ideando y que escribía en cualquier momento, siempre y cuando le surgiera la inspiración.

Se sentó apoyando su espalda en una de las columnas y cuando consideró que la zona se quedaba lo suficientemente vacía, sacó el libro. Aunque seguía siendo igual de grande y de pesado, la tapa era ahora roja oscura, y en el título ponía: Las guerras contra los gigantes del siglo XIX. Como sabeís, Megan conocía un hechizo muy sencillo para disfrazar las portadas de los libros. Ya lo había utilizado anteriormente con Secretos de las Artes más Oscuras.

Alguien le tocó el hombro, haciendo que pegara un salto y el libro resbalara de su regazo. Rápidamente lo recogió y, a pesar del disfraz, intentó guardarlo bajo su capa; sin embargo, su expresión se alivió al comprobar que el que la había encontrado era Danny.

- Me has asustado. – dijo ella sacando de nuevo el libro. – No tienes que ser siempre tan silencioso.

- Lo siento. – respondió él observando el libro. - ¿Las guerras contra los gigantes? ¿De verdad te estás leyendo ese libro?

- No, no. Menos mal – cogió el libro con una mano mientras con la otra sacó la varita. Antes de deshacer el hechizo se aseguró de que se encontraban a solas. – En realidad se trata de este libro.

Danny abrió mucho los ojos cuando vio las letras doradas de Historias de Hogwarts. Todavía sorprendido, quiso cogerlo, pero Megan se lo impidió.

- ¿Lo conoces? – le preguntó. Lo cierto es que no se había imaginado que lo conociera. A Danny le gustaba leer, pero a Megan más y aquel libro no le sonaba de nada. Y eso que ella había leído mucho sobre Hogwarts.

Danny siguió mirando el libro cuando le contestó.

- Creo que sí, es decir... ¿no te acuerdas? - Megan le miró con la cabeza ladeada. – Es el libro que saqué de la Sección Prohibida el primer día que te besé.

Como para no acordarse de ese día. Había sentido cosas muy contradictorias cuando se encontró con Danny allí, en mitad de la noche, buscando un libro al igual que ella en un lugar prohibido de Hogwarts. Sin embargo, después del beso que le plantó, lo cierto es que apenas tuvo tiempo de fijarse en si realmente había ido allí con intención de sacar un libro.

Historias de Hogwarts II: el VolumenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora