Misión || Kendall Schmidt

#21 "Si"

AMBER

2 semanas después...

— Pss...Amber..pss — Selena susurro a lado mio — ¿te sabes la pregunto 15?.

— Es la "c" — susurré de vuelta.

— Gracias.

Estábamos en épocas de exámenes ya que se acercaban las fiestas navideñas, para así dar paso al ultimo período de nivel medio superior. La campana sonó y así también el tiempo de realizar el examen, todos entregamos los exámenes. No me fue tan mal después de todo.

— ¿Acabaste todo el examen? — pregunto Kendall de camino a la cafetería.

— Si, aunque no creo que me salgan bien algunas preguntas — me encogi de hombros.

— Bueno entonces ya somos dos — esbozo una tenue sonrisa.

Llegamos a la fila para la comida, tome una hamburguesa, papas, un budín y una gaseosa, en cambio el tomo tres rebanadas de pizza, una gelatina y un jugo de naranja. Nos fuimos a sentar con los demás, en la mesa ya estaban Selena, Logan, James y Dustin. Todos empezamos a comer y charlar un poco, todo estaba en su lugar, todos nos sentíamos bien todo iba de maravilla.

— ¿Estas ocupada el sábado? — me dijo Kendall mientras caminábamos por los pasillos para la próxima clase.

— No — negué — ¿por qué?.

— Bueno veras — nos detuvimos antes de entrar al salón — yo quería saber si tu — metió ambas manos a su chamarra — ¿si tu quisieras salir conmigo el sábado?.

— ¿Cómo una cita? — reprimi la gran sonrisa que quería aparecer en mi rostro.

— Se podría decir.

— Si — dije — si me gustaría.

— Entonces paso por ti a las 5 — sonrió.

— Te estaré esperando.

Sin más que decir nos adentramos al salón, me senté en mi lugar y el se fue al suyo. Una vez que no me viera so reí como boba, había estado esperando eso desde el primer beso que nos dimos, desde que me había enamorado de esos ojos verdes, desde que descubrí al verdadero Kendall, ese que se ocultaba detrás de la máscara.
Hoy era viernes así que solo tenia que esperar algunas horas, tenia una felicidad única en mi.

(...)

— ¿Este?.

— Muy formal — negó Selena.

— ¿Estas segura que un vestido es lo ideal?.

— Tal vez — dijo — ¿no te dijo a donde irían?.

— No...— conteste — ¿y si le llamo?.

— ¡¿Estas loca?! — Selena brinco en mi cama — ¿cómo le vas a preguntar eso?

— Bueno, solo era una idea — encogí mis hombros — creo que optare por mis jeans, una pomera y una chamarr.

— Si no hay de otra — Selena se desplomo en mi cama — pero dejaras que yo te maquille.

— Rímel y labial es todo lo que me pienso poner — dije — sabes que no me gusta maquillarme.

— Eres imposible ¿lo sabias? — dijo.

(...)

Kendall había llegado por mi a la hora acordada, a las 5 en punto ya estaba tocando el timbre de mi casa.

— Hola — bese su mejilla.

— Hola — sonrió de lado — te vez linda.

— Gracias — nos subimos a su auto.

El camino solo se apreciaba la musica que tenían la radio, ha decir verdad era muy cómodo. Estar con Kendall era único, estar charlando o no, estar a su lado hay una tranquilidad. Condujo por las calles transitadas de Wichita, ha decir verdad no tenia ni la menor idea de donde nos di regíamos.

— Llegamos — dijo Kendall — espero te gusten los autocinemas.

— ¿Bromeas? Siempre he querido ir a uno.

Kendall pago las entradas y estaciono el auto frente a una gran pantalla, había más autos esparcidos por el lugar. La película fue una clásica, fue entretenido.
De vez en cuando nuestras manos se encontraban cuando tomábamos palomitas del pote, provocando sonrojos de mi parte.

(...)

— ¿Te gusto la película?.

— ¿Bromeas, no? — sonreí — estuvo buenisima.

— Que bueno que te gusto — una sonrisa surco sus labios — pensé que no seria de tu gusto.

— Siempre hay que salir de la rutina — dije — lo cotidiano puede ser aburrido en cierto punto, de vez en cuando hay que probar cosas nuevas.

— Tienes razón — asintió — bueno llegamos — estaciono su auto frente a mi casa, se veía un poco nervioso — Amber....

— Kendall.

— Se que no es el mejor lugar, que no soy la mejor persona, que tengo más defectos que virtudes y estoy dentro de un abismo que parece no tener final — me miro a los ojos — desde que llegaste a mi vida haz sido como una luz entre tanta obscuridad, he llegado a sentir cosas que creí nunca sentir — mi corazón latía al limite, sentía como si estuviera corriendo un maratón — Amber tú... ¿quieres ser mi novia?.

Miles de sentimientos recorrían mi cuerpo, una gran explosión adueñaba mi corazón. El era Kendall Schmidt, esa persona que muy pocas personas conocían y muchas criticaban. Aquel chico que en poco tiempo se había robado mi corazón, a quien confiaba con los ojos cerrados. No había mucho que pensar.

— Si.

Y sin más nos fundamos en un beso lleno de ternura donde las palabras sobraban.