Capítulo 7.

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—Me he estado preparando para este momento.—dijo Eloy dramático mientras abría su closet.

Dentro del mismo estaba su artillería pesada de bromas: bombas de gas, pintura en aerosol, gas lacrimógeno, resorteras, dardos tranquilizantes y una catapulta que su tío Timmy le regaló de cumpleaños.

La escuela seguía cayendo, de una manera más lenta, pero cayendo. La nueva generación sabía que las Trix estaban detrás de todo esto, así que se estaban alistando para enfrentarlas.

—¡Tristán! ¡Toma todo lo que puedas, yo busco los trajes!.—ordenó Arwen a su mejor amigo antes de irse a buscar sus uniformes de especialistas.—Y tú vienes conmigo.—jaló a Adora de la muñeca y salieron del departamento.

Corrían a toda velocidad por los pasillos, encontrando chicos y maestros desubicados y alarmados. Se toparon con Codatorta quien les pidió que se quedaran con él, cosa que ignoraron y siguieron su camino.

—¡¿No fuimos muy groseros con Codatorta?!.—preguntó la chica siguiéndole el paso al rubio.

—¡Para sobrevivir a cosas como estas, debes de actuar rápido y no depender de los demás!.—explicó corriendo unos centímetros más adelante.

—¡Ahora mismo dependo de ti!.

—¡Porque jamás dejaría que te pasara algo!—aclaró volteando a verla con una tierna sonrisa.—¡Y lo sabes!.

Adora sintió como su corazón latía con más intensidad. Amaba a ese chico. Lo amaba con locura. Cualquier cosa, así sea un mínimo cumplido, la hacía sentir la persona más especial del universo.

Llegaron a los vestidores, donde habían más especialistas alistándose para la batalla. Sería ruda, la más ruda en la que hayan participado. Aún así no tenían miedo.

—¡Muevanse! ¡Las hechiceras tienen el camino libre! ¡Hay que ayudar a Flora, ella intenta mantener la escuela flotando!.—se escucharon los gritos de Alcides por todo el lugar.

Ambos jóvenes se miraron preocupados ¿Su tía Flora hizo que la escuela cayera lento?.

Y era verdad, el hada de la naturaleza estaba posicionada en medio de toda la escuela, usando sus poderes para estabilizar la gravedad de la construcción mientras que Helia arreglaba el generador.

—¡Helia! ¡No voy a poder aguantar mucho más!.—informó la mujer desde el celular.

Le asustaba que no pudiera controlar la situación, normalmente esto sería pan comido, pero mientras más usaba su energía, más fuerza ejercía la gravedad.

—No lo entiendo.—el azabache frunció el ceño, no gritaba para no alterar a su mujer.—La máquina está en perfecto estado, parece hechizada.

—¡Esas tres brujas!.—exclamó con rabia.

—¿Nos necesitas?.—cuestionó Darcy apareciendo frente a ella.

(...)

—¡Soraya! ¡Apresúrate, no vamos a ningún desfile!.—Marga le gritaba a la princesa que se tomaba su tiempo en verse en el espejo.

—Debo estar presentable.—se defendió observándola por el espejo, hizo una mueca.—Aún que tú lo necesitas más que yo.

—Maldita, te voy a...

Estuvo a punto de abalanzarse sobre Soraya dispuesta a dejarla "presentable" hasta que Tristán la agarró por los brazos.

—Primero: ese vocabulario no es adecuado para ti.—dijo sobándole la cabeza para calmarla, había visto a Esme hacerlo una vez.—Segundo: es malo golpear a las personas.

Winx Club. Nueva Generación: La Venganza De Las Trix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora