Un nuevo año ha llegado a la nueva generación, donde se pondrá a prueba a los mayores. Las Winx y los Especialistas creyeron que sería un año normal y felíz, pero se equivocaron.
La llegada de las Trix alarmó a toda la dimensión, aún más con su nuev...
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Los adultos no podían creer lo que estaba pasando, sus hijos lograron algo espectacular, tenían más potencial y poder que ellos a esa edad, unos verdaderos prodigios. Se notaba lo lejos que habían llegado en tan solo unos meses.
Flora parpadeaba repetidas veces para acostumbrarse a la luz, Marga empujó a Adora para quedar frente a su madre y ser la primera persona a la que vea, Helia fue más sutil y pedía permiso para pasar. La morena adulta suspiró pesadamente y giró la cabeza, encontrándose los rostros de alegría de su hija y esposo, con lágrimas a punto de salir de sus ojos.
—Díganme que hice la cena.—fue lo primero que dijo, preocupada por su familia.
Padre e hija comenzaron a reír entre lágrimas, extrañaron tanto la voz de la mujer más amada por ellos, Helia se sintió triste por la ausencia de Esmeralda, pero no ocultaba su alegría de ver a su mujer bien.
La abrazaron fuertemente como si no la hubieran visto en años, Flora no entendía, lo último que recordaba era la batalla contra las Trix en Fontana Roja ¿Donde estaban?.
—¡Mamá!.—exclamó Marga aferrándose al torso de la mujer.—¡Estás bien!.
—Claro que estoy bien, cariño. Pero...
—¡Oh! ¿Puedo unirme al abrazo? Se ve muy lindo.
Todos voltearon rápidamente al escuchar esa voz sarcástica, Lux lo sabía, sabía que había sido muy fácil entrar ahí y ahora lo comprendía: Icy quería que ellos entraran.
La mujer de hielo estaba parada en la entrada, luciendo imponente con esa aura azul que la cubría y esos ojos llenos de maldad. Instintivamente, los adultos se colocaron delante de sus hijos y Helia cargó en brazos a su esposa.
—No es posible...—murmuró Arwen desconcertado.
—Son unos idiotas ¿De verdad creyeron que dejaría esto desprotegido? Todo es parte de mi plan.—empieza a explicar como si tuviesen una charla normal.
—¿Para que haces todo esto si quieres atraparnos a todos? Para eso los capturabas desde un principio y te ahorrabas tiempo.—analizó Layla luego de un gruñido.
—Parece que ustedes los adultos también son idiotas.—Icy carcajeó.—Quería verificar algo escencial, por eso el plan. No los iba a encerrar a menos que tuviesen lo que quiero.
—Y lo que quieres es...—Bloom ya lo había descifrado, pero Icy quería terminar su explicación.
—El poder de esos mocosos es inimaginable, mucho mayor que el de ustedes.—la corta señalando a la nueva generación.—Los he vigilado desde que llegaron en esa nave,—comenzó a contar con los dedos.—Super fuerza, descargas eléctricas, la llama del dragón, aprender cualquier hechizo en poco tiempo; por favor, ¡Son cualidades únicas! Y les aseguro que los chicos también tienen habilidades, solo que aún no las descubren.
