Winx Club. Nueva Generación: La Venganza De Las Trix.

Capítulo 15.

Eran las 10 de la mañana en la escuela de los especialistas, todos los alumnos y personal estaban haciendo su labor diaria para estar preparados para la batalla contra las Trix, querían dar su apoyo en tal acontecimiento y trabajarán duro para lograr su objetivo. Como se lo prometieron a sus directores.

La luz del casi medio día se coló por las ventanas de la enfermería, molestando los ojos de Adora, quien los arrugó en un intento por despertar. Estaba totalmente agotada, hizo una mueca mientras se tocaba la espalda, le dolía demasiado gracias a la mal posición que tuvo al dormir encima de su amado.

Enfocó su vista en el rubio, su expresión era tranquila, como si soñara algo hermoso y totalmente ajeno a la realidad. Le acarició la cara, desde su frente, pasando por su nariz hasta llegar a sus perfectos labios. Perfectos para ella.

Estaba muy ansiosa porque​ despertara, lo necesitaba.

Miró la cama continúa, Corde también seguía durmiendo. El pobre había gritando el nombre de su padre en sueños toda la noche, el saber que es huérfano afecta a cualquier persona, pero aún más a un niño.

Observó su alrededor al no ver a su tía ¿Será que fue a desayunar?.

Se levantó de su asiento con pereza y se dirigió hacia la puerta para buscarla y pedirle que se quede mientras ella se duchaba, olía a demonio.

Antes de girar la perilla, esta se abrió dando paso a una Lux sonriente seguida de Tristán.

-Hola, Adora.-su mejor amiga la saludó tendiendole una taza de café.

-¿Como amaneció mi hermana favorita?.-quiso saber el mellizo algo contento.

-Soy tu única hermana, tarado.-respondió toscamente mientras tomaba la taza, a pesar de su mal humor, estaba sorprendida por la aparición de ellos dos juntos.

-Ese humor sumado a tu mal aliento y a ese grano en la nariz no da una buena pinta.-dijo Tristán chasqueando la lengua.

-Wow, sabes sumar, seguro estuviste toda la noche con Lux sumando las neuronas que tienes quemadas.-atacó ofendida por el comentario anterior.

-Auch, eso me llegó al corazón.-se frotó el pecho con fingido dolor.

-Basta con los insultos,-Lux pidió un alto al fuego separando a los mellizos.-tengo suficiente con convivir en este lugar. Adora, en la habitación te dejé ropa limpia y la bañera lista, le pedí a Alcides que te guardara tu desayuno, puedes pasar buscandolo en su oficina.-indicó acomodándose los lentes.-Nosotros vigilamos a tu maridito.

La pelirroja se sonrojó por la última oración y se limitó a asentir. Antes de salir por esa puerta, recordó algo.

-¿Han visto a la tía Musa?.-preguntó extrañada.

-No.-negó su hermano, pensativo.-Aunque estuvo en el departamento muy temprano, creo que fue a buscar algo.

Adora no preguntó más y siguió su camino.

(...)

-¡Adora!.

La nombrada estaba por ir en busca de su comida cuando fue detenida por la princesa de Solaria. La niña lucía fatal, tenía la ropa arrugada y unas ojeras de miedo, algo inusual en ella.

-Soraya ¿Te encuentras bien?.-cuestionó preocupada por su aspecto.

-¿Mi hermano está bien?.-ignoró la pregunta haciendo otra un poco desesperada.

-Sigue dormido, lo dejé con Lux y Tristán.-informó suspirando.

La rubia sin decir nada más, abrazó con fuerza a la pelirroja para llorar en el vestido azul que la mayor cargaba puesto. Adora correspondió, se le rompía el corazón al presenciar el llanto de su tal vez futura cuñada. Todo esto era muy fuerte para unos niños, ni sus padres pasaron por tales traumas.