Capítulo 25.

1.8K 100 44
                                    

Daphne observaba su reino desde la ventana más grande del castillo, todo lucía tranquilo, hermoso e inocente. No sabía como era que logró lo imposible, pero había conseguido que su pueblo despejase su mente de lo que pasaba en la dimensión.

Sin embargo, no fue fácil. Al ser la ninfa del sirenix, anterior guardiana de la llama del dragón, reina de Domino que fue un planeta destruido por las antepasadas, hermana mayor del hada más poderosa, capturada por las Trix, era un punto clave para las miradas de los otros planetas.

Aún no podía creer que sus tierras siguieran de pie, pensó que las hechiceras irían a por ella y su reino, como el mayor trofeo, pero no lo hicieron. Estaba angustiada, sabía que ellas tramaban algo aún más grande y le preocupara no saber que es y las consecuencias que traería.

Si llegasen a conquistar Domino, no podía proteger a su gente de una amenaza así. Y mucho menos en su estado.

Así es, después de tanto años, Daphne estaba embarazada, sin embargo, hubiera deseado que fuera en otro momento.

Estaba aterrada, no había hecho público el anuncio para no alterar más las cosas, ni siquiera se lo había dicho a Thoren, sabía que la mandaría muy lejos si se enteraba. Ella no quería eso, quería luchar por su planeta.

Suspiró agachando su cabeza conteniendo las inmensas ganas de llorar que tenía, necesitaba a Bloom más que nunca, ella siempre logró lo imposible con la ayuda de las demás Winx y Sky. Aún tenía la esperanza de que todo terminara, pero se iba desvaneciendo conforme pasan los días. Ahora se sentía peor por dejarle esta carga a sus sobrinos.

Fijó su miraba en un anciano que pasaba con una carretilla llena de flores con un niño que asumía que era su nieto; ambos felices llevando esas flores al jardín principal. La ninfa del sirenix frunció el ceño ¿Por qué las Trix no la habían atacado? ¿Que es lo que quieren que ella no tenga?.

Pensó por un momento en las riquezas de los planetas ya conquistados, ninguno era muy relevante, solo hechizos normales y antigüedades guardaban en esos planetas. Recordó que Eraklyon cayó en batalla hace poco, ya ellas tenían a Bloom y Sky, estaba segura de que las Trix sabían que los mellizos no estaban ahí entonces ¿Que harán con el reino?.

Comenzó a divagar en su mente las posibles cosas que podrían adquirir las hechiceras en Eraklyon además de poder, un poder más grande. Al ser la reina, Bloom guardaba todas sus cosas en la bóveda del castillo, tenía artefactos mágicos y hechizos prohibidos que había recolectado al pasar de los años, pero tenía que ser algo poderoso y muy valioso, algo tan poderoso como para desafiarlas. Algo como...

Daphne se sobresaltó, ellas no podían llegar a ella, no podían obtener la espada.

Salió de la habitación y corrió por los pasillos desesperadas, varias sirvientas y guardias le pidieron que se detuviera, pero ni se percató de sus presencias. Necesitaba su maldito teléfono.

Llegó a la habitación real y buscó el celular en su tocador. En ese momento, Thoren salía de la ducha, entrando a la habitación en toalla. Al ver a su mujer angustiada, suspiró.

—Amor, sé lo mucho que te preocupan nuestros sobrinos, pero debes relajarte, estás...

—¡Cállate y ayúdame a buscar mi teléfono!.—le cortó gritandole, su marido abrió mucho los ojos, atónito por esa reacción.

La reina de Domino abrió el cajón más pequeño del tocador y el alivio abarcó sus facciones al tener el aparato en sus manos. Rápidamente, marcó el número de Miele.

En Linphea, la nueva generación estaba entrenando junto a Azucena, Miele y Krystal en un simulador de batalla creado por Tecna hace años y perfeccionado por Lux, era la única cosa tecnológica que la reina permitía en el palacio. Pasaban grupos de a tres: Adora, Lux y Azucena. Tristán, Arwen y Soraya. Marga, Esmeralda y Miele. Eloy, Corde y Krystal. Para reforzar el trabajo en equipo y perfeccionar movimientos combinados.

Winx Club. Nueva Generación: La Venganza De Las Trix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora