—Todo esto es maravilloso, me alegra haber recibido las cachetadas de Lux.—comenta Adora para luego darle un bocado a su comida.
Arwen alzó una ceja riéndose, esas chicas estaban locas.
—A mi me alegra verte feliz, le debo una a los chicos.—dijo el príncipe tomando la mano de su novia por encima de la mesa.
La noche era larga, hace media hora había salido a escondidas de Fontana Roja y podían hacer lo que quisieran. Hablaron de temas variados, riéndose a carcajadas de sus travesuras cuando eran niños.
—¿Recuerdas esa vez que encontramos a tus padres a punto de tener sexo?.—a la pelirroja ya le estaban saliendo lágrimas de tanto reír, los demás clientes los miraban curiosos. Que pareja tan escandalosa.
—¿Como olvidarlo?.—Arwen intentaba beber un poco de agua, pero sabía que se ahogaría si lo hace.—Tristán y tú se iban a quedar en una pijamada y escuchamos ruidos raros pensando que era un mounstro.—cuenta recordando la paliza que les dieron por husmear en la habitación de sus padres.
—A los meses nos enteramos que Soraya venía al mundo.—termina tratando de contener la risa.
Duraron así dos horas más, riendo y charlando. Les gustaba estar de esa forma, sin incomodidades o preocupaciones, sólo disfrutando de la compañía del otro.
El mesero les comentó que ya iban a cerrar, Arwen pagó la cuenta y se dispusieron a irse. Al salir del restaurante, la lluvia comenzó, era algo inusual en esa época del año.
—Ten.—el rubio se quitó su saco y cubrió el cuerpo de la chica.—Hace mucho frío, será mejor buscar un sitio agradable a esperar que pase la lluvia.
—Está bien.—aceptó preocupada ¿Y si se tardaban más de lo normal y sus tíos los descubrían?.
Corrieron unas cuantas calles hasta que llegaron a un local abandonado. Se detuvieron ahí por un momento para observar los otros caminos.
—Las calles se están inundando, posiblemente todas las tiendas estén cerradas.—notifica el príncipe de Solaria.
—Estacionamos la moto a unas cuadras más adelante, podemos seguir corriendo hasta...
Un relámpago se hace notar en la ciudad, asustando a Adora y dejándola con la palabra en la boca. Definitivamente no era un clima normal, pensó Arwen.
—Lo mejor es que nos quedemos aquí hasta que pare la lluvia, no quiero que te pase nada.—ordena intentando abrir la puerta del local.
—Puedo cuidarme sola y lo sabes ¿Quien nos salvó la última vez de casi morir?.—reprochó cruzándose de brazos.
El rubio suspiró, su novia tenía ganas de llevarle la contraria hoy.
—Sé de lo que eres capaz, admiro tu valentía y destreza, pero no podemos hacer mucho con este clima, así que lo mejor será esperar.—dijo mientras abría la puerta y se hacía a un lado para que ella pasase.
Adora se sonrojó fuertemente, el chico tenía una mirada intensa, de esas que piensas en sólo ver en las películas, se sentía protegida por esa sola mirada. Ella asintió y entró a la tienda.
Estaba totalmente oscuro, por las telarañas se notaba que ese lugar no había sido limpiado en años. Adora creó una esfera de luz lo suficientemente grande para iluminar toda la estancia; se dieron cuenta de que era una tienda de muebles y por su diseño, suponían que eran importados de Melody.
—Bueno, al menos estaremos cómodos.
La princesa de Eraklyon vió como su amado rompía algunas tablas de madera y las colocaba en una chimenea que estaba atrás del mostrador; ella decidió ayudarlo encendiendo el fuego. Luego, ambos arrimaron un sofá muy grande para recostarse frente a la chimenea.
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Winx Club. Nueva Generación: La Venganza De Las Trix.
FanfictionUn nuevo año ha llegado a la nueva generación, donde se pondrá a prueba a los mayores. Las Winx y los Especialistas creyeron que sería un año normal y felíz, pero se equivocaron. La llegada de las Trix alarmó a toda la dimensión, aún más con su nuev...