Capítulo 22.

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—¿Creen que debemos confiar en ella?.—cuestionó Soraya hablando muy bajo.

Después de aquella presentación de la hija de Krystal, ella dió una explicación sobre el por qué de su llegada. Al parecer, su madre le había comentado que la nueva generación iría al planeta, Azucena estaba emocionada por reencontrarse con personas de su edad—tiene 14 años.—y la curiosidad la llevó a Magix para verlos más de cerca. Ella se ofreció a acompañarlos en lo que resta del camino hasta Linphea.

—No lo sé, es la princesa del planeta natal de mis padres.—comenta Esmeralda caminando al lado de la rubia.—Creo que debemos darle una oportunidad.

—Yo estoy disfrutando mucho su integración al grupo.—expresó Marga riendo un poco, los más pequeños hasta Lux la miraron confundidos.—Se nota que a esa chica le gusta Arwen y él le sigue los coqueteos.—dedujo mirando a ambos caminando de primeros mientras reían e intercambiaban miradas seductoras.—Miren a Adora, está que estalla.

La nombrada,—aún transformada.—volaba al lado de su mellizo mirando con rabia la escena que tenía en frente.

«¡Esa chica llegó hace unos minutos y ya tiene planes de comerse a mi príncipe! Y lo peor ¡Arwen no hace nada para impedirlo!». Reprochó en su mente apretando los puños.

—Ay, Adora.—suspiró Lux acomodando sus lentes.—Estás cayendo en un hueco profundo.

Los más pequeños no pudieron evitar reírse.

Tristán estaba consciente del aura incómoda en el que se encontraba, su mejor amigo y cuñado estaba riendo descaradamente junto con la joven de espectacular apariencia mientras que su melliza pensaba en miles de formas de asesinarla. Lo sabía porque la conocía.

—Hermanita, si sigues así, serás una bomba atómica capaz de destruir a las Trix.—bromeó al ver que Adora se ponía roja del enojo.

—¿Y qué quieres que haga? ¿Qué sonría contenta porque mi novio esté pendiente de una niñata?.—reclamó hablando muy fuerte esperando a que Arwen la escuchara, sin embargo, no dejó su conversación con la princesa de Linphea.

—Solo digo que deberías darte tu puesto.—opinó muy seguro de sus palabras.

Adora frunció el ceño, no comprendiendo las palabras de su mellizo.

—¿Qué quieres decir?.

—Sabemos que la naturaleza de Arwen es esa, las bromas coquetas y esas cosas,—explica murmurando.—en parte es tu culpa por buscarte un novio así,—Adora lo miró indignada.—pero eso te beneficia de alguna manera.

—Ve al grano, hermanito.—la pelirroja se cruzó de brazos.

—Arwen está 100% seguro de que eres una chica inocente y tierna ¿Cierto?.—el hada asintió.—Bueno, durante nuestra estadía en Linphea, vas a darle un pequeño susto.

(...)

—Bienvenidos a nuestra nave.

Los jóvenes observaban aquel transporte que Arwen señalaba, lucía primitivo pero lo suficientemente capaz de llegar a su destino.

—¿Qué cosa es esa?.—Soraya hizo una mueca, parecía una manualidad hecha por niños.

—Es una de las naves reales de Linphea,—explica Azucena abriendo la puerta.—las hacen con materiales del bosque, nada sofisticado.

—Y... ¿Es seguro?.—cuestionó Eloy tocando una hoja gigante que era el ala derecha.

—Por supuesto, a mis padres y a mi nos trasladan por toda la dimensión en estas bellezas.—comenta la chica con una sonrisa angelical, algo que ponía aún más molesta a Adora.

Winx Club. Nueva Generación: La Venganza De Las Trix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora