Capítulo 37.

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—Vaya, no pensé que Adora fuera tan extremista.—comentó Marga muy impresionada.

—Lo hace por Arwen y por ella misma, querida hermana. No piensas en ello porque aún no comprendes el amor.—explicó Esmeralda, algo muy maduro para su edad.

—No lo comprendo ni lo quiero comprender.—señaló asqueada.—Ademas, a mi no me importaría cortarme el cabello.

El hada de la luz hizo uno de los sacrificios más grandes para ella, tener que cortar su larga melena es algo que jamás pensó hacer, considerando que podía dañarse si no era tratado con cuidado. Pero debía hacerlo.

Lo cortó con tanta prisa, que ni siquiera se fijó en la altura del corte y sin querer, ahora lo tenía por encima de los hombros.

—¡Es terrible! Sólo personas malas como las Trix se merecen quedar calvas ¡Pero mi futura cuñada no!.—dramatizó Soraya al borde del llanto.

Después del sacrificio, no le dió tiempo al monstruo de hielo de reaccionar y con la misma cuchilla de luz lo partió a la mitad, destruyéndose luego en pequeños fragmentos.

—Chicas, creo que deberían enfocarse en un problema más grande.—intervino Corde casi aguantando la respiración.

—Déjalas, Corde. Todos estamos bien.—aseguró Eloy con una falsa sonrisa.

—¡No estamos bien! ¡Vamos a morir apretados!.—exclamó molesto con su mejor amigo.

Una rara serpiente gigante, enviada por Stormy, había capturado a los menores de la nueva generación, los tenía atrapados dentro de su propio espiral y los aplastaba con su cuerpo. Eloy miró al resto y luego volvió a Corde.

—Es cierto, necesitamos ayuda.—dijo con firmeza para luego tomar una bocada de aire y gritar.—¡Adora, auxilio!.

La joven perseguía a Icy mientras esta última volaba con Arwen a su lado. Adora lanzaba diversos ataques los cuales la hechicera esquivaba con algo de dificultad, seguía atacando con lo que podía, estaba furiosa por lo de su cabello.

—¡Vas a pagar, Icy! ¡Devuelveme a Arwen!.—exigió con chispas en los ojos.

La mujer solo gruñó y voló más rápido, no quería admitirlo, pero hacer enojar a la hija de Bloom era igual a un niño con hambre: se ponen cada vez más violentos si no los alimentas.

Se estaba quedando sin ideas, su única esperanza de destruir a esa familia era aquel chico rubio. Pero Adora le pisaba los talones.

—Tengo que reunirme con Stormy.—habló para ella misma yendo en dirección a su hermana.

Adora sabía a donde se dirigía la bruja, temió por su novio, si Icy lanzaba a Arwen a un tornado, podría morir.

—¡No! ¡Icy!.—gritó lo más fuerte que pudo.

La hechicera no se inmutó, siguió con su camino. Su intención era tener de rehén al joven para que sus enemigas hicieran lo que ellas quisieran, no se le pasó por la cabello el dejarlo caer en los tornados.

Azucena, por otro lado, estaba enredada, quería echarle una mano a Adora, pero estaba pendiente de la señal de Lux mientras luchaba contra la serpiente que tenía a los más pequeños.

—Mamá, necesitamos ayuda aquí.—pidió la princesa desde su comunicador.

—En seguida voy.—aceptó Krystal.

—Krystal, no puedes ir sola.—Flora se levantó de su asiento.

—Exacto, serías un blanco fácil por ser la reina de Linphea.—comentó Musa.

Winx Club. Nueva Generación: La Venganza De Las Trix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora