Capítulo 32.

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—¡Adora! ¡¿Que acaba de hacer?!.

La chica se quedó un rato mirando el lugar donde había desaparecido su novio, estaba contenta, había cumplido su misión. Ni sus padres podían hacerla sentir mal.

Los adultos no comprendían lo que había pasado, estaban boquiabiertos esperando alguna explicación por parte de Adora, sin embargo, ella se quedó en silencio, sin mirarlos.

—Cielo, ¿Por qué hiciste tal estupidez?.—Sky quería lucir calmado, pero ese tic en el ojo delataba lo contrario.

—Queremos una muy buena explicación, señorita.—exigió Bloom como la madre que era.—Ahora estarías en Linphea ¿En qué estabas pensando?.

Su hija suspiró, para ella, su excusa era válida. Para sus padres, lo duda mucho.

—No tenía magia suficiente para que dos personas pasaran, el hechizo es muy difícil.—explicó sentándose frente a las rejas.—Yo... Le debía esto a Arwen.

—Adora, agradezco mucho que hayas hecho esto por mi hijo, pero era mejor que escaparas tú, la resistencia tendría más posibilidades.—opinó Brandon algo triste.

—Fue mi culpa que él pasara por este caos, es lo menos que podía hacer.—justificó.—Tengo magia suficiente para crear un clon y que las Trix no se percaten de que se ha ido. De todas formas, no estaremos mucho tiempo aquí.

Musa frunció el ceño.

—¿Qué quieres decir con eso?.—preguntó sospechando la respuesta, pero quería oir el plan de la muchacha.

Adora sonrió y se levantó para luego colocar pose de heroína.

—Los chicos nos van a sacar rápido, yo lo sé.—afirmó muy confiada.

—¿Cómo estás tan segura?.—esta vez fue Timmy quien preguntó.

—Será como un experimento que nos beneficia a todos.—explica con entusiasmo.—Si le doy igual a Arwen, se van a tardar como unos cuantos meses. Si me quiere, algunas semanas. Pero, si me ama, vendrán máximo 3 días.

Los adultos parpadearon repetidas veces, intentando comprender aquel análisis de la jóven. Era, prácticamente, para saber si el príncipe de Solaria era el candidato perfecto para tomar la mano de la princesa de Eraklyon. Sky se rascó la barba, pensativo.

—Ni tan mala idea es,—apoyó haciendo una mueca de aprobación.—buen trabajo, hija.

(...)

En Linphea, el caos y los gritos eran producidos por unos jóvenes que echaban de menos a sus hermanos.

Tristán y Soraya estaban sentados en las bancas de los jardines reales, llorando a mares porque no celebrarían el cumpleaños de Arwen y que tanto él como Adora seguían prisioneros.

Marga estaba al lado de la rubia, tendiendole una caja con pañuelos. Esmeralda observaba todo con curiosidad.

—Bueno, creo que si tienen algo en común.—afirmó la hija menor de Flora.

Esmeralda sabía el enamoramiento "secreto" de Soraya hacia Tristán, había ayudado en algunos intentos fallidos y Marga se lo contó para tener con quién quejarse del comportamiento de su mejor amiga.

—Pero ese "algo en común" no los lleva a nada.—Marga le tendió una toalla a Soraya ya que estaba llorando aun más fuerte.

—Vamos, Soraya. Arwen va a regresar muy pronto.—Corde intentaba darle ánimos a la princesa, pero no funcionaba.

—¡Yo lo quiero ahora!.—exigió como niña malcriada.

Winx Club. Nueva Generación: La Venganza De Las Trix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora