010. No puedo hacerte daño

8.3K 770 197
                                    



—Lamento que Damon esté comportándose de esa manera—dice Ashley, mirándome avergonzada—Es increíble que no quiera que entremos juntas a la fiesta...

—No te preocupes, está bien. Supongo que estaré por ahí dando vueltas, pasando el rato—le digo en tono amable, mostrándole una sonrisa que no corresponde, para nada, con mis nervios.

—¿Segura que estarás bien?—su voz denota preocupación. Y la entiendo.

Estamos puestas de pie afuera de la gran mansión y desde aquí podemos escuchar todo el bullicio que hay ahí adentro. La música está a tope, es Party Monster de The Weeknd, y hay muchas personas entrando y saliendo todo el tiempo como manadas hambrientas. Todos, aparentemente, jodidamente ebrios. Digamos que tampoco querría dejar a alguien por su cuenta en un momento así.

—Estaré bien—suelto, levantando los hombros.

—Vale, entonces confío en ti. Ahora debo entrar, Damon está esperándome en la puerta—Ashley me abraza con premura—Y oye, ¡suerte con tu ya sabes quién!—dice finalmente, lanzándome un guiño que aparenta complicidad.

Mi amiga se da vuelta y corre hacia dónde está Damon, quien la espera y le toma las manos para entrar junto a ella. Antes de que se vayan, él se gira hacia mi dirección y hace un gesto con la mirada. Sé lo que significa eso, es una especia de "confío en que no le contarás a Justin que te he traído aquí". Mientras que mi mirada es algo como "No te preocupes. Solo le diré un par de cosas y me largo".

Los veo desaparecer poco a poco entre el arsenal de gente y de esa manera, voy sintiéndome cada vez más y más nerviosa. Sin embargo, recordar la razón especial por la que estoy aquí, hace que dentro de mí algo se encienda.

Adentro todo es igual que la vez anterior. Gente bailando por doquier, sobando sus cuerpos desesperadamente entre ellos o besándose en las esquinas más oscuras del lugar. De igual manera, otra vez está ese grupo de chicos que pude observar en la otra fiesta. Son otra vez el centro de atención en medio de todos, es como si fueran los reyes de aquí. Celebran con botellas de alcohol en las manos, con la música muy en alto y varias mujeres intentando llamar la atención de cada uno de ellos.

Por un momento me pregunto si Justin estará en medio de ellos, porque me lo imagino encajando perfectamente en ese lugar... pero un vistazo rápido me basta para comprobar que no está ahí, por lo que le doy varias vueltas más al lugar con la esperanza de encontrarlo.

Nada. Justin no está en ninguna maldita parte.

Empiezo a sentir que venir hasta aquí ha sido una muy mala idea pues, de pronto, el poco aire que circula por el lugar, más el olor a marihuana y cigarro, hace que me den mareos y empiece a perder la noción de las cosas. Tengo que sostenerme de la mesa de tragos más próxima, que tambalea cuando recuesto mi peso sobre ella. Entonces, siento que alguien pone sus manos sobre mi cintura.

—¿Estás bien?—pregunta un tipo detrás de mí. Siento su aliento sobre mi rostro y me giro instantáneamente.—Hey, no pasa nada—me dice con un tono inocente, mostrándome una sonrisa. Tiene un corte militar y se ha dejado crecer la barba. Le queda bastante bien y parece... agradable.—¿Eres de aquí?

¿Qué, exactamente, significa eso?

—No—contesto, un tanto aturdida—busco a alguien, pero... dudo que le conozcas. Perdona...—sacudo un poco la cabeza e intento esquivarlo, pero el chico de la barba sexy me jala del brazo hacia él muy despacio.

—Vamos, puedes intentarlo. Conozco a los chicos que hacen estas fiestas, tal vez pueda saber quién es el gran afortunado.

Resoplo sobre un mechón de cabello y lo digo: —Justin—suelto su nombre como si estuviera escupiendo el peor de los venenos.—Es de tu estatura, cabello marrón...

HACKER 1 | terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora