HACKER 1 | terminada.

027. Paso a paso.

—Espera—exclamo, jadeando, con la respiración agitada.

Tengo que hacer hasta lo imposible por separarme de él y apartar sus dos manos de mi cuerpo, que hasta ese entonces se encontraban bajando lentamente por mi espalda.

Solo cuando logro recobrar la cordura, subo la mirada hacia Justin y lo encuentro respirando con dificultad, pasándose las manos por el pelo e intentado encontrar en sí mismo un poco de autocontrol. Sus mejillas están enrojecidas, tiene los labios hinchados y la mirada ensombrecida, tensa, al igual que su cuerpo entero.

Me basta verlo de esa forma para notar lo excitado que se encuentra, sin mencionar, claro, que aún estoy encima de su regazo y puedo sentir su miembro clavándose debajo de mí.

Santa mierda, necesito borrar cualquier pensamiento o impulso que aborde mi mente ahora mismo, antes de que todo termine por repetirse una vez más...

—Esto no está bien—digo tan decidida como puedo. Aunque mi voz sigue pareciendo un gemido más que cualquier otra cosa. —Lo mejor es que me...

—L-lo lamento—Justin también levanta la voz; esta se escucha ronca, gruesa. Esta vez sus dos manos recaen sobre mis piernas, sus dedos presionan mis muslos y los acaricia sin dejar de mirarme. —No debí hacer eso, lo lamento.

—No tienes que decir nada—me encojo de hombros y le sonrío tan falsamente como me es posible. —Entre nosotros todo está suficientemente claro—al decir eso, logro apartar sus grandes manos y ponerme de pie con rapidez.

Una sensación de vacío se adueña de mí cuando dejo a Justin sentado en el sofá, quizás sea una mezcla de emociones encontradas: una inevitable culpa por dejarme hacer por él una vez más, por dejar que me besara, por besarlo yo, pero al mismo tiempo, una sensación de alegría y emoción que me embarga y hace que mi corazón lata con tanta fuerza que debo poner una mano sobre mi pecho para intentar calmarme.

De alguna forma, detesto que las cosas sean de esta manera. Detesto ocultar lo que siento y fingir que todo está en orden cuando, en realidad, dentro de mí todo es un jodido laberinto de sensaciones fuertes. Detesto sentir esto por él, tan intenso, tan fuerte, y no poder hacer absolutamente nada para controlarlo.

—Te equivocas—su voz frena mis pasos. Una parte de mí teme seguir escuchándolo, pero la otra lo necesita demasiado. —Entre nosotros nada está claro, Claire.

Trago saliva. Al girarme, observo cómo se pone de pie y camina hacia a mí en dos grandes pasos que nos vuelven a poner frente a frente. Sus ojos marrones recaen en los míos y me tenso muchísimo al observar su rostro mortificado, como cada vez que tiene algo para decir y simplemente no encuentra la manera de hacerlo.

De pronto, su mano derecha toca la mía y la presiona suavemente con los dedos.

—J-justin...—jadeo. No puedo evitar escucharme débil. —, escúchame, no tienes que...

—No, escúchame tú a mí—ordena, exhausto y tira de mi mano para acercarme a su pecho. Estamos tan unidos otra vez que me es imposible no mirar su húmeda boca moverse mientras habla—Sé lo que dije esa noche, sé cómo te hice sentir y sé que no merezco nada de ti.