Acusado de numerosos crímenes y homicidios, Justin Bieber deberá contarle a su abogado la historia detrás de los hechos que lo condenaron a prisión.
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Portada hecha por: @sirentale
[Historia ganadora en los #BieberAwards2017 y #WorthyAwards20...
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Los minutos pasan lento y yo no puedo dejar de observarlos de reojo. Aunque intento con todas mis fuerzas mirar algún otro lugar, mis ojos terminan cayendo en el mismo sitio una y otra vez: la mesa de Justin y Sarah.
Y cada vez que vuelvo a fijar la vista en ese lugar, encuentro algo distinto que me llena de los más inmundos celos. Sarah pone sus manos en el rostro de Justin, lo acaricia con suavidad y de vez en cuando le toca el cabello, como jugueteando con él. Del mismo modo, Justin, aunque no luce tan contento, se deja hacer sin impedimento alguno y permite que ella lo toque a su manera. Lo que más llama mi atención es que él no deja de mirarla con interés, con cautela, disfrutando de lo que Sarah le dice y de su evidente belleza física. Desde este ángulo se ven como una pareja feliz y enamorada, tan atractivos que parecen de plástico; lo que me hace llegar a la conclusión de que, después de todo, no son tan diferentes como pensé que eran.
Sea lo que sea, duele. Duele muchísimo verlo de esa manera con alguien más. No dejo de repetir en mi cabeza que de Justin puedo esperar cualquier cosa, incluso verlo besándola en los labios. Debo imaginar que todo esto significa que están saliendo, que probablemente han salido durante todo este tiempo y que las cosas entre ellos, como para estar aquí, va muy en serio.
De pronto, el sonido de mi celular me devuelve a la realidad. Observo el número que parpadea en la pantalla rota y me doy cuenta de que este no está registrado en mi agenda, por lo que decido no contestar. Sin embargo, aquello sirve para fijarme en la hora. Dios, ha pasado mucho más de treinta minutos.
Liam...
Con suma agilidad, guardo mis cosas rápidamente en mi bolso y, en medio del apuro, le escribo un mensaje de texto a Kendra, explicándole por qué no podré irme con ella esta noche. A lo que ella responde, casi inmediatamente:
10:36pm: No te preocupes, pero tiene que decirme quién es ese bombón que está esperándote desde hace un buen rato!
Sonrío y me apresuro a avisarle a unos de los jefes de área que mi turno ha terminado, para poco después ubicar a Liam en la mesa número doce, la misma en la que le dejé hace un rato. Por suerte, esta está bastante alejada de la mesa de Justin, por lo que supongo que ninguno de los dos se ha visto todavía. Vaya, al menos eso sí ha salido bien esta noche.
Encuentro a Liam observando su teléfono en la mesa. Cuando me ve, de inmediato se pone de pie y me sonríe tan amablemente como le es posible. Por un segundo su expresión me hace olvidar todo lo que he estado viendo hace un rato; la calidez que transmite su presencia siempre es bien recibida.
—Te estaba esperando—dice, mientras arrastra la silla que está a su costado, hacia atrás, para que yo pueda sentarme.
—Lo siento si tardé más de lo que debería, es que...
—No importa—Liam sacude la cabeza—. Vi todo lo que pasó hace un rato.
