HACKER 1 | terminada.

032. La amas.

—Tu hijo era un hueso duro de roer—una repentina sonrisa se extiende en los labios de Justin—. Un dolor en el trasero.

—¿Qué puedo decirte?—Harry se encoje de hombres—. Siempre supe que Liam estaba metiendo sus narices en algo turbio. Sabía que el FBI le había otorgado un caso importante, que habían solicitado su ayuda para atrapar a un pez gordo. Pensé que se trataba de algún ladrón, un mafioso, algo relacionado a las drogas. Pero nunca pensé que en realidad se trataba de un plan maestro para atrapar a un Hacker de tu calibre—el abogado ladea el rostro, mirando a Justin con resignación—. Liam estaba jugando con fuego y nadie podía detenerlo.

—En eso se parece a ti, tenía esa mentesita entrometida que no hacía más que alterarme la paciencia—Justin le sonríe y después de un breve silencio, continua—. Creo que todo el tiempo lo supe. No es que tu hijo no sea alguien brillante, pero intuí desde un inicio que algo no estaba bien en él. La manera en la que siempre estaba inmiscuido en todo me daba mala espina.

—Ustedes dos... eran algo así como ¿rivales?—Harry no podía creérselo—. Él nunca me lo dijo. Mencionó un par de veces que estaba pasándole algo con una chica, pero nunca me contó quien era.

—Pues esa chica resultó ser Claire. Liam estaba enamorado de ella, igual que yo—Justin ladea una media sonrisa, algo sarcástica—. Tenías que vernos, parecíamos un par de perros rabiosos cada vez que nos veíamos—el chico ríe—. Realmente llegué sentir que era una amenaza. Claire le quería, no como él deseaba, pero le quería. Y eso me jodía en el alma.

—Y si se detestaban tanto como dices, ¿por qué fue Liam quien me pidió que te defendiera en el juicio?—muchas cosas no estaban claras para el abogado.

—Fue algo que yo nunca supe con exactitud. Nunca entendí por qué Liam habría de querer salvar al criminal que él mismo estaba persiguiendo—Justin arruga la frente, ese pequeño dilema siempre había estado presente en su mente—. Lo único que sé es que, esa noche, cuando Claire quedó inconsciente, los dos nos dimos cuenta de que no éramos tan diferentes como pensábamos.

~*~

—C-Claire...—las manos de Liam temblaron alrededor del pequeño cuerpo de la chica—. Claire, por favor, despierta—suplicó, cogiéndola por los hombros y sacudiéndola con evidente impaciencia.

La respuesta a ese gesto nunca llegó; ella parecía haber caído en un sueño profundo y lejos de ese lugar.

—Maldita sea, necesito ayuda—la respiración del muchacho empezó a acelerarse—. ¡Necesito ayuda!

La gente en torno a él no hizo más que observar la dramática escena con las bocas bien abiertas y sus rostros teñidos en pánico. La música de fondo se detuvo en seco, el restaurant entero paralizó su curso y no hizo falta mucho tiempo para que un grupo de personas se aglomerara alrededor suyo, unos con buenas intenciones, mientras que otros con simples ganas de husmear.