021. Haría cualquier cosa

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Liam cuelga la llamada y el silencio se extiende al rededor, haciendo que algo dentro de mí tiembla en una cuerda floja por un instante tan largo que parece infinito

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Liam cuelga la llamada y el silencio se extiende al rededor, haciendo que algo dentro de mí tiembla en una cuerda floja por un instante tan largo que parece infinito.

Acabo de contarle absolutamente todo lo que ha pasado en la fiesta de Ashley y su reacción ha sido tranquila, pero sus palabras se han colmado de un tono tan triste que de inmediato me he sentido culpable, otra vez. Sin embargo, dijo que podía contar con él para cualquier cosa y que esperaba que pudiese resolver "mis temas con Justin" de la mejor manera.

Después de todo, esto es lo mejor para nosotros, separarnos, al menos por un tiempo. Pero la idea de alejarme de él no es para nada agradable. Definitivamente he disfrutado de su compañía durante todos estos días. No puedo negar que Liam es alguien listo, divertido, atractivo y que llamó mi atención desde un inicio. Las cosas con él simplemente fluyeron con normalidad, nuestra primera cita, nuestro primero beso. Y todo pudo haber seguido de esa forma si Justin no hubiese aparecido en mi camino.

Pensar en él me llena de emociones fuertes que no puedo controlar y que detesto al mismo tiempo. Mi estómago se inunda de tensión y mis manos se humedecen de los nervios con solo recordar lo que pasó el fin de semana, fuera de ese club, antes de que Finn nos encontrara.

Ese beso. Ese maldito beso. ¿Por qué lo hice? ¿Por qué simplemente no regresé a mi lugar, con las personas que necesito? ¿Por qué me empeñé en terminar esa noche de la peor manera?

No quiero pensar en ello.


Son las nueve de la noche y la jornada de trabajo en el restaurante por fin ha terminado. En vez de dirigirme a casa, hago una parada en el bar al que solemos ir Ashley, Finn y yo casi todo el tiempo. El lugar es acogedor, se escucha You Found Me de The Fray a un volumen prudente y está repleto de universitarios, grupos de amigos que celebran con botellas de cervezas en la mano y un par de parejas besándose en una esquina oscura.

Me abro paso en medio de ellos, busco un lugar libre en la barra del bar y tomo asiento en una de las butacas altas. Solo entonces me doy cuenta que necesito relajarme, dejar de pensar en Liam, en Justin, en cualquier cosa relacionada a ellos. Necesito estar en un ambiente que me haga olvidar lo complicado que todo se ha vuelto últimamente. Sonrío cuando escucho a un grupo de amigos reírse a carcajadas y pienso en Finn, él me haría reír en un momento como este.

Saco mi teléfono y busco su número con la intensión de marcarle, pero entonces, observo cómo la butaca libre que está a mi costado es arrastrada hacia atrás. Alguien se sienta sobre ella. Mis ojos suben rápidamente y encuentran unos brazos grandes, un torso sólido cubierto por una camiseta negra sin mangas y varios tatuajes dibujados sobre la piel; aquel chico sostiene una botella de cerveza en la mano y al parecer, no se ha percatado de mi presencia, o tal vez sí.

De reojo, me fijo en su rostro de perfil. Sus facciones son tan marcadas que parecen haber sido talladas con sumo cuidado. Su nariz, su gruesa boca y su firme mandíbula. Todo se convierte en un impecable conjunto que lo hace ver ridículamente bien. Pero son sus ojos marrones claro los que vuelven a sacar la parte más sensible de mí.

HACKER 1 | terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora