025. Siempre voy a estar para ti.

6.3K 526 358
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Mi casa luce terrible.

Me basta con dar un vistazo rápido por la pequeña sala para saber que me esperan largas horas de una buena dosis de limpieza. La verdad, no esperaba que fuera diferente. He estado viviendo en el departamento de Finn por más de dos semanas, sin poner un sólo pie aquí. Lo mínimo que podía esperar era la bienvenida de alguna araña gigante o algo por el estilo.

Sin embargo, volver a casa me reconforta de muchas maneras. Sucia, empolvada, solitaria, pero no deja de ser mi hogar, el de siempre. Y parte de todo lo que me produce estar aquí me hace caer en cuenta de que ya era momento de regresar y poner las cosas en su sitio, hasta a mis propias emociones.

Dejando caer mi pequeña maleta al suelo, decido que es tiempo de darle vida a este lugar de una vez por todas.

Enciendo el viejo equipo de sonido y coloco cualquier estación de radio. Una canción desconocida empieza a sonar en los altavoces y llena la casa de una alegría contagiosa que de inmediato me proporciona ganas de bailar. Podría decirse que mi estado de ánimo ha mejorado muchísimo desde que vivo con Finn, él me ha pegado todo su humor divertido y sus ganas locas de pasarla bien a toda costa.

Empiezo a bailar y cantar con la escoba sostenida en una mano. Pero no tardo en escuchar mi teléfono vibrar encima de la mesa del comedor. Corro para alcanzarlo, sin dejar de tararear la letra de la canción y me fijo en la pantalla para saber de quién se trata. Es Finn. Contesto lo más rápido que puedo.

—¿Te llegó la invitación? —es lo primero que pregunta, a modo de saludo. Tengo que bajarle el volumen a la música para escucharle mejor.

—¿Invitación de qué?

—Sarah McAdams hará una fiesta de egresados—responde Finn, entusiasmado. Reconozco muy bien la emoción que refleja el tono de su voz, pero yo no puedo evitar cambiar de ánimos cuando escucho el nombre de Sarah. Solo porque me recuerda a... Justin y a la conversación que tuvimos en ese estúpido bosque.

"Tienes que admitir que tiene un culo espectacular", sus palabras exactas vienen a mi mente. Idiota.

—Revisa tus mensajes, probablemente te ha llegado uno de ella—insiste Finn, al otro lado de la línea.

Sin ganas, lo hago. Pongo la llamada en altavoz y me dirijo a la bandeja de mensajes de texto. En efecto, tengo un par de mensajes de un número desconocido que me han llegado tan solo hace unas horas. Los abro y leo atentamente los párrafos con faltas ortográficas y repletos de emojis. Aunque no tengo el número de Sarah, aquello me basta para saber que ella ha redactado eso.

—¡Va a estar de puta madre!—comenta Finn, casi gritando. Puedo imaginármelo con una gran sonrisa en la cara—, será en su casa del lago.

—¿Irás? —hundo el rostro, un tanto confundida.

HACKER 1 | terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora