HACKER 1 | terminada.

039. El verdadero Justin Bieber.

—Hey...—Liam se sintió en la necesidad de detener el auto en medio de la solitaria autopista.

Estacionándose en un costado y liberando las llaves del contacto, el corazón se le estrujó dentro del pecho al presenciar el mortificante escenario que sucedía a su costado.

Nunca había visto a Claire en un estado como ese. La angustia de la chica se desprendía en cada una de sus ensombrecidas facciones, en el temblor de sus manos y en el color café de sus ojos, perdido en la fría oscuridad de la madrugada.

—Hey, ya llamará—el chico se quitó el cinturón de seguridad, se giró en su sitio e intentó hablarle. Su voz era pausada, parsimoniosa, buscaba reconfortar a Claire, aun cuando sabía que no era el mejor en aquella tarea—. Claire...

—Él estaba...—por otro lado, Claire era un laberinto incesable de nervios y ansiedad. El tono débil de su voz apenas era audible y no dejaba de observar la pantalla vacía de su celular en ningún momento—. Tú lo viste, Liam. Justin estaba...

—Lo sé—Liam tragó duro—. Yo tampoco entiendo qué sucedió...

—Nunca lo había visto así—musitó ella, las palabras salían lentas y temorosas de sus labios—. N-no sé qué pensar...

—Seguramente él te dará alguna explicación—Liam intentó mostrarse confiado, encogiéndose de hombros—, y podrán acordar algún otro día para continuar con la fies-

—¿Crees que me importa la fiesta en este momento?—Claire se giró a mirarlo; la indignación en sus ojos cafés era totalmente visible—. ¿Qué no te das cuenta de todo lo que ha pasado? —le cuestionó, con el dolor latente en cada palabra—. Justin no estaba bien, parecía como si hubiera perdido la capacidad de todo. De hablar, de si quiera moverse. Y luego Damon, como si supiera lo que estaba pasando, va y saca medicina de no sé dónde, ni para qué, y nos pide que nos vayamos. Yo... todo esto, es que no sé cómo tomarlo, Liam—la voz de la chica se entrecortó, inevitablemente, cuando soltó esa última frase.

Y hubo silencio en ese momento.

La madrugada era fría y sigilosa; era una de esas noches difíciles que parecían nunca querer terminar. Que parecían ser eternas, sin espacio para la calidez de un amanecer.

El sonido de los autos era lo único que se escuchaba de fondo, corriendo a grandes velocidades en toda la longitud de la autopista, acompañados del vacío sobrecogedor que solo era capaz de dejar la nebulosidad de la noche.

—Quizá lo que viste hoy es algo que aún no sabes de él—el ojiverde levantó la voz de pronto, provocando un tímido contacto de miradas entre los dos—. Quizá hay muchas cosas sobre Justin que aún sabes, Claire.

Ambos se miraron.

—Probablemente—la chica se encogió de hombros, un atisbo de timidez y dulzura se mostró en sus entristecidos ojos—. Pero todos tenemos secretos ¿cierto? la verdad solo quiero que él esté bien. No me importa qué sea, no me importa qué esté ocultando...—agregó, mientras negaba con la cabeza—, solo quiero que todo esté bien.