015. La mejor noche de mi vida

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Mi garganta se seca abruptamente y no siento que pueda articular palabra alguna en este momento. Sin embargo, nada de eso importa. Nada, porque Justin me toma del rostro con sus grandes manos y me besa, con toda su boca. 

De inmediato empieza a mover sus labios sobre los míos de forma dura, territorial, desesperada... de tal manera en la que, sin saber cómo, mi cuerpo termina posicionándose sobre el suyo, sin importar el vino, la pizza o cualquier otra cosa insignificante al rededor de nosotros. 

Su cuerpo se tensa al sentirme encima de él: está duro como una roca, desde sus piernas, sus abdominales, hasta sus marcados brazos. Solo cuando nos separamos para respirar me doy cuenta de que me ha mordido el labio inferior y que está tan inmiscuido en lo que hace, que su respiración está agitada, más o igual que la mía. 

—He estado enamorado de ti desde entonces—me dice apoyando su frente contra la mía, jadeando—y no sé si ha sido la mejor forma de decírtelo, pero ya no me interesa. Te deseo, Claire. Te deseo con toda mi puñetera fuerza. 

Vuelve a besarme más intensamente, tomándome del rostro, como si anhelara cada segundo de nuestras bocas juntándose, buscándose con desesperación. Su lengua encuentra la mía y el tacto es increíble, caliente, él... todo él lo es. 

—Justin...— logro musitar despacio. Joder, mi voz se escucha tan necesitada.—¿por qué no me lo dijiste antes?

En ese pequeño lapso logramos mirarnos. Justin parece confundido, aturdido, intentando buscar la respuesta adecuada en algún sitio de su mente. 

—Fui un cobarde—responde finalmente, con aquella mirada oscura y penetrante que convierte sus ojos marrones en algo tenebroso. Puedo percibir la honestidad que desbordan sus palabras y mi corazón se estruja al sentirlo, por primera vez en todo lo que le conozco, vulnerable—un cobarde que no tuvo jamás las malditas agallas para decírtelo en la cara. Pero ya no soy el mismo—replica, mirándome — y no quiero perder más el tiempo, Claire. No contigo. 

Nos besamos una vez más. Yo tampoco puedo evitar buscar su lengua esta vez, su tacto, sus manos, cualquier cosa que me haga sentirlo cerca de mí. Justin me coge ahora de la cintura y aprieta mis caderas contra las suyas, contra su entrepierna. Me quedo sin respiración cuando, entonces, me doy cuenta de que su predominante erección roza mi cuerpo. Aquel bulto grande y duro se acomoda bajo mi vientre, para hacerme sentir más excitada que nunca. La sensación se hace todavía más placentera cuando empieza a moverse debajo de mí, lento, apretándome duro de las caderas para sentirlo con intensidad. 

Una oleada densa de deseo me invade por completo. No puedo imaginarme cómo será la sensación de todo eso a carne viva... esa imagen me nubla la mente de lujuria, mientras Justin allá arriba continúa besándome en la boca, en el cuello, en el pecho...

Me contraigo cuando su boca llega a la altura de mis senos y empieza a besarlos por sobre la blusa de tiras, muy lentamente. Algo dentro de mí me advierte que debo detenerlo, que debo detenernos a los dos, sin embargo, no puedo, no quiero. Nuestras miradas llenas de deseo se encuentran mientras besa mi piel y aquello es suficiente para dejarlo seguir con su tarea. 

HACKER 1 | terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora