030. Cenas y enfrentamientos.

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9:30pm: Escucha, sé que me odias ¿vale? Lo merezco por todo lo que hice y por ser un dolor en el trasero. Pero lo que no merezco es que dejes de hablarme por más de dos semanas.

9:34pm: Claire, ¿no vas a responderme? Soy el único hablando en esta conversación.

9:39pm: Realmente me odias ¿no? Supongo que la jodí hasta el fondo esta vez...

9:42pm: Lo que sea, te extraño.

9:42pm: Y sí, tal vez sí merezco ser ignorado...



El viejo y destartalado celular que he logrado comprar en una tienda de segunda mano vuelve a sonar. En la pantalla, que está medio rota por el centro, aparecen todos los textos. Aquel es el décimo mensaje que he recibido esta noche y puedo deducir que son todos de la misma persona.

La costumbre me hace simplemente leer el texto y cerrarlo sin siquiera escribir un párrafo de respuesta. La verdad es que no pienso hacerlo. Es decir, sí, han pasado suficientes días desde que sucedió aquel incidente, pero Finn sigue sin tener mi perdón, o si quiera mi palabra, por todo lo que ocasionó semanas atrás en esa estúpida fiesta que terminó por convertirse en un melodrama.

Recordar esa noche, ese momento, ese instante en el que todo se desmoronó como una baraja de Naipes en caída libre, me llena de sensaciones hirientes que preferiría no revivir nunca más. Culpa, enojo, rabia, tristeza y la lista podría ser más larga si yo así lo quisiera.

Es inevitable que a mi mente no regresen pequeños flashbacks que me encojen el pecho y lo presionan desde adentro, como un puño golpeando duro en las partes donde la herida está recién hecha. Supongo que nada podría describir mejor cómo me siento. Cómo me he sentido desde que Justin dijo esas últimas palabras que, sin intención o tal vez con ella, marcaron un antes y un después entre nosotros.

Si sus palabras fueron una estocada rotunda que aún permanece atascada en mi mente, definitivamente su rostro y todo lo que expresó con él esa noche, fueron un martirio. Una especie de tortura interna que me abatió por completo.

Su rostro reteniendo furia, aquella expresión marcada de dolor y sus ojos marrones inyectados de un rencor casi palpable, acechándome como si me odiara con cada fibra de su cuerpo; es algo difícil de olvidar.

Y no hago más que preguntarme cientos de cosas desde entonces.

¿Por qué no hice nada para detener que esa humillación sucediera? ¿por qué solo me quedé ahí, paralizada, observando cómo todo el mundo se enardecía en sus laureles, burlándose de Justin como si aquello los llenara? Lo sé, buscar culpables en estas instancias no me otorgará una solución, mucho menos retrocederá el tiempo para darme una segunda oportunidad.

HACKER 1 | terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora